Menú
Lucía Prieto

La decepción debe dejar paso al trabajo en Ferrari

Fernando Alonso y Ferrari tienen un mismo objetivo, volver a conquistar el título de campeón del mundo. Y los dos son, sin duda y a pesar de los últimos acontecimientos, la mejor pareja para este baile.

Es casi imposible hacer una valoración del Mundial de Fórmula 1 que acaba de finalizar sin empezar por el final. El trabajo hecho durante toda una temporada parece quedar oculto detrás de un error que decidió un campeonato y dejó sin la tercera corona al piloto español Fernando Alonso.

Me refiero, claro, a la estrategia que Ferrari eligió en el último gran premio en Abu Dabi y de la que todavía me pregunto ¿por qué? ¿Por qué el equipo italiano actuó como lo hizo en el circuito de Yas Marina, ante una situación en la que Alonso sólo tenía que esperar? ¿Por qué nadie vio lo que muchos veíamos desde muy lejos y sin la vasta información de que disponen los ingenieros de pista? Quiero pensar que hubo algo más.

Ferrari ha perdido el Mundial por méritos propios y no ha sabido estar a la altura de las circunstancias, y no hablamos precisamente de un equipo novel en la F1. Pero si echamos un vistazo al devenir de la temporada, cómo inició Ferrari su andadura por el Mundial, quién promovió la competitividad del F10, no es patriótico afirmar que, si bien Fernando Alonso se merecía ser campeón, precisamente por ser ese 'quién' que evolucionó y motivó al equipo, Ferrari ha demostrado no ser merecedor de una corona que al final se llevó el piloto alemán de Red Bull, Sebastian Vettel.

Los errores dentro del garaje de Ferrari en algunas carreras –también en Abu Dabi– muestran el vacío que han dejado en la escudería italiana profesionales como el ingeniero de pista de Michael Schumacher, Ross Brawn, ahora en el equipo Mercedes, y el mítico Jean Todt. A esta reorganización en la dirección de los garajes deberíamos unirle la poca evolución que los pilotos Kimi Raikkonen y el brasileño Felipe Massa han aportado a la competitividad de los monoplazas. Sin olvidar que el finlandés fue campeón del mundo, el año 2007 en que McLaren le negó el Mundial a Alonso, los dos pilotos han vivido de las rentas que Michael Schumacher dejó en los coches de Maranello.

La llegada de Alonso al equipo ha supuesto una bocanada de aire fresco y eso se ha notado en la evolución tanto en la mecánica del monoplaza como en la dinámicas de trabajo, pero no ha sido suficiente. El asturiano ha luchado como nunca, ha sido el más frío, el más constante y ha conseguido echarse a sus espaldas toda una marca como Ferrari. Esto nos permite ser optimistas. Todo está por mejorar y, por tanto, todo debería ser susceptible de ir a mejor, ya que Alonso es la persona perfecta para preparar un coche y hacerlo campeón.

Casi lo consigue en su primer contacto con el F10, firmando un final de campeonato histórico en la F1. Por ello, por los errores y por lo que ha mejorado Ferrari, la temporada 2011 debería empezar hoy mismo y los ingenieros deberían estar ya trabajando en un coche competitivo, un coche campeón del mundo, como lo ha sido este año el Red Bull. La escudería austriaca ha conseguido llevar a lo más alto a su pupilo Vettel y hay que reconocerles el mérito. Han logrado el mejor coche de la parrilla, convirtiendo, además, al Red Bull en imbatible en las sesiones de calificación. Sus innovaciones técnicas, junto al potente motor de Renault, han colocado a esta joven marca austriaca en lo más alto de la Fórmula 1 a pesar de algún que otro problema de fiabilidad. Sólo podemos felicitarles, porque además lo han conseguido sin tener que ser juzgados por dar órdenes de equipo para ganar el título. Si bien es cierto que la apuesta de Red Bull y el propio Christian Horner era el actual campeón del mundo, Sebastian Vettel, en carrera no se les puede reprochar nada.

Ya sólo nos queda esperar hasta el mes de marzo para volver a soñar. Esperemos que entonces veamos a Fernando Alonso liderando un equipo rebosante de los principios de la marca italiana encarnados en la figura de su fundador Enzo Ferrari. "Se puede mejorar sólo mejorando lo que ya tienes", fue la filosofía de Enzo, y lo que tiene Ferrari es mucho y sólo necesita un piloto que entienda sus coches y los evolucione. Fernando Alonso y el equipo italiano tienen un mismo objetivo, volver a conquistar el título de campeón del mundo. Y los dos son, sin duda y a pesar de los últimos acontecimientos, la mejor pareja para este baile. 

En Deportes

    0
    comentarios