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Pedro de Tena

¿Por quién doblan las campanas?

Es la hora de una moción parlamentaria que censure a Zapatero y al PSOE. No hay tiempo para más. Se ganará o se perderá, pero se representará a millones de españoles que estamos hasta la coronilla de ser el hazmerreir del mundo y de nosotros mismos.

Lo que se ha vivido en los comienzos de este puente del día de la Constitución, precisamente, es algo inolvidable, por lo triste, por lo grave, por lo indigno y por lo innecesario. Es triste ver a nuestro país en un estado de postración tan humillante. Es grave comprobar cómo el Gobierno de nuestra Nación no sabe nada ni entiende nada ni prevé nada. Ni la crisis, ni la situación social, ni el estado de los aeropuertos. Es indigno el trato que los ciudadanos recibimos de quienes debieran ser nuestros principales servidores: ni información, ni responsabilidad. Todo a golpe de efecto, de improvisación, de ocurrencia. Y es, decididamente, innecesario contemplar hecatombes como la de ayer y anteayer en países desarrollados y democráticos cuando hay mecanismos suficientes para decidir el cambio que ya es urgente e inaplazable. Zapatero es incapaz. Bien. Pues vamos a hacer que deje de hundirnos cada día más y apliquemos los procedimientos de una sociedad madura.

Ello implica que Mariano Rajoy no puede seguir como iba, legítimamente hasta ahora, observando el deterioro del adversario. Es que lo han dejado claro el viernes y el sábado de este diciembre que siempre recordaremos, es que lo que se deteriora gravemente es España, no Zapatero. Es que los que sufren la realidad de una crisis económica de la que este Gobierno ni sabe ni entiende ni solventa son los millones de españoles cargados de paro e hipotecas, que no pueden hacer nada salvo esperar que la política democrática funcione. Para que realmente funcione, Rajoy tiene que reaccionar de manera inmediata. El ha sufrido incluso los desgarros de este desgobierno en el aeropuerto de Lanzarote. Así no puede seguirse. No va a conferirle más legitimidad continuar esperando el hundimiento del adversario. Nos estamos hundiendo todos. Es la hora de una moción parlamentaria que censure a Zapatero y al PSOE. No hay tiempo para más. No queremos que haya más tiempo para nada más. Se ganará o se perderá, pero se representará a millones de españoles que estamos hasta la coronilla de ser el hazmerreir del mundo y de nosotros mismos.

El PSOE, vía Rubalcaba, tratará de presentar lo que está pasando como un ejercicio de autoridad. Militarización, estado de alarma, derrota de los controladores... todo va a ser manejado como un ejemplo de buen Gobierno. Nadie va a creerle pero tienen que intentarlo. Rajoy tiene que poner de manifiesto que todo es improvisación, ridículo, parche, distracción y maniobra. Nadie podrá creer que el jueves, este Gobierno de este señor no supiera nada de lo que iba a pasar cuando el viernes dictó el decreto que permitía la militarización. Nadie puede creer que sean los controladores los únicos irresponsables –que lo son–, en este desaguisado. Nadie puede creer que un Gobierno no haya sido capaz de evitar el desmoronamiento de la imagen de España, a hachazo limpio, desde hace meses. Necesitamos un Gobierno digno de tal nombre. Rajoy debe hacer lo que hay hacer.

Y no quiero ni pensar que los controladores hayan sido escogidos como chivos expiatorios de una crisis mal llevada para mostrar cómo es de eficaz, in extremis, un Gobierno que nos ha mentido día tras día desde antes de las elecciones de 2004. No quiero ni pensar que todo haya sido pensado, provocado, diseñado para dar un golpe de timón en un momento de crisis general. Pero recuerdo que el Real Decreto de Militarización se aprobó el mismo viernes, día 3, por la mañana. ¿Por qué no diez días antes?

¿Por quién doblan las campanas? Rajoy debe estar atento. Si no hace lo que debe hacer, pueden estar doblando no sólo por Zapatero. También pueden estar doblando por él.

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