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Emilio Campmany

El año de la pulga

Vivimos gobernados por políticos que no respetan las leyes, revestidos de privilegios económicos y legales, que no tienen empacho en tratarnos con el desprecio que no merecen ni los esclavos.

Zapatero y Rajoy han comparecido ante los medios casi simultáneamente para comunicar urbi et orbi cómo afrontan 2011. Éste será en China el año del conejo. Aquí en España podría ser el año del perro, naturalmente, del perro flaco, al que todo serán pulgas. Pero ya que todo serán pulgas, ¿por qué no inaugurar directamente el año de la pulga? De momento, el presidente del Gobierno y el líder de la oposición ya se han vestido de tales. Jesús, qué sarta de vaguedades, generalidades, obviedades y sinsustancias. Nos han endilgado dos clases magistrales de hablar y no decir nada, dos conferencias vacías. La imagen que sugieren nuestros dos líderes, el que está al cargo y el que aspira a sustituirle, es la del campo yermo, la del páramo en el que apenas son visibles ellos como dos pulgas escandalosamente irrelevantes.

Y cuando han dicho algo inteligible lo han hecho para engañar. Zapatero ha dicho que su Gobierno ha sido el de las políticas sociales, siendo como es el suyo el que está demoliendo a base de despilfarro el Estado de bienestar. Y Rajoy, que apoyará al Gobierno en lo que convenga a España, cuando lo que ha hecho hasta ahora es votar las medidas populistas y despilfarradoras que adoptó Zapatero en los comienzos de la crisis y se le ha opuesto siempre a partir del momento en que empezó a tomar unas pocas de las muchas necesarias que nos van imponiendo desde fuera.

Es verdad que de Zapatero nada bueno podemos esperar ya. Y también lo es que cabe la posibilidad de que Rajoy, aunque ahora no lo parezca, sea un gobernante serio y haga todo lo que hay que hacer para superar las crisis económica y política que nos atenaza. Pero el que sea posible no lo hace probable.

Aznar no pudo con los sindicatos y tuvo que envainarse una tibia reforma laboral por no enfrentarse a ellos. ¿Creen que será Rajoy quien se atreva a hacerlo? Aznar no tuvo valor para meter en cintura a las comunidades autónomas díscolas. ¿Lo hará Rajoy ahora que algunos de sus Gobiernos, especialmente el de Cataluña, se colocan abiertamente al margen de la ley y la Constitución? Aznar no quiso acometer la reforma política más urgente que necesita España, más aun que la de la reforma de la organización territorial, que es la de la justicia para que ésta sea de una vez por todas un poder independiente. ¿Está Rajoy en la idea de acometerla y renunciar a influir en los jueces?

Vivimos gobernados por políticos que no respetan las leyes, revestidos de privilegios económicos y legales, que no tienen empacho en tratarnos con el desprecio que no merecen ni los esclavos, que reparten el dinero que nos esquilman con los impuestos entre sus amigos, parientes y compañeros de militancia en forma de subvenciones y empleos públicos. Y no rechistamos. A lo más que aspiramos es a ser uno de ellos y, si eso no fuera posible, a entrar en el afortunado club de los perceptores de alguna subvención.

Es triste reconocerlo, pero probablemente tengamos lo que nos merecemos, dos irrelevantes pulgas entre las que elegir. Mientras España se desangra por un oscuro sumidero, nuestros dos líderes no paran de largarnos banalidades. Y lo peor no es eso, lo peor es que los demás nos quedamos embobados escuchándolas. País.

En España

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