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Dictadores que regresan

De entre las muchas cosas que necesita este castigado país –dinero, instituciones, seguridad, cooperación y planificación– desde luego no debería estar el regreso de "Baby Doc".

Unos se van y otros vuelven. Hablamos de dictadores. Afortunadamente de Túnez huyó hace pocos días Ben Ali, y a Haití volvió, después de veinticinco años, Jean-Claude "Baby Doc'' Duvalier. El mismo que fue nombrado presidente de por vida a los 19 años tras la muerte de su padre "Papa Doc". Ambos gobernaron bajo un régimen de terror gracias a los temibles escuadrones parapoliciales Tonton Macoutes, hicieron desaparecer a unas 60.000 personas y saquearon el país.

Duvalier expresó en varias ocasiones su deseo de regresar al país, e incluso solicitó a las autoridades haitianas un pasaporte diplomático cuando todavía estaba en el poder Jean-Bertrand Aristide, allá por 2004. Y en 2006 y 2008 hubo campañas para su regreso del exilio en Francia e intentar su vuelta a la arena política, pese a que sobre él pesaba una inhabilitación política.

Regresó de forma inesperada sobre todo para la comunidad internacional, aunque desde hace meses se exhiben en Puerto Príncipe algunos letreros dándole la bienvenida. Y no llegó un día cualquiera. Lo hizo cuando apenas se cumplía el primer aniversario del terrible terremoto que asoló el país y del que no levanta cabeza, cuando aún colean las consecuencias del brote de cólera, y cuando crece la tensión política después de que se pospusiera la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, tras una primera vuelta plagada de irregularidades.

Muchos le consideran el mejor presidente que ha tenido el país en las últimas décadas, porque han oído que durante su mandato se vivía con más tranquilidad. Los ciudadanos más acomodados recuerdan con añoranza lo que llamaban la "belle époque". Quizá ha sido alguno de ellos el que le ha convencido para volver, porque quienes conocen a "Baby Doc" saben que él nunca habría viajado desde Francia a su país sin tener todas las garantías, pues se le considera un cobarde. Así que la gran pregunta es saber quién o qué está detrás de todo esto. Valen casi todas las especulaciones.

También existen dudas sobre la posibilidad de que se puedan presentar con garantías cargos contra él estando en Haití, aunque no está claro si el frágil sistema judicial haitiano está en la posición de conducir el caso. Ya lo intentó en 2007 el presidente René Preval, cuando trató de que el ex dictador regresase al país para ser juzgado por apropiarse de una fortuna de las arcas estatales.

Un inmenso montante que permanece congelado en cuentas suizas a pesar de los esfuerzos del antiguo dictador por recuperar el dinero. Resulta surrealista que poco después del terremoto del 12 de enero de 2010 "Baby Doc" anunció en los medios la solicitud de una transferencia de unos siete millones de euros depositados en la Union des Banques Suisses, a una fundación en Haití para ayudar al país. El ex dictador obvió que no disponía de ese dinero, pero trataba de limpiar su imagen y quizá empezaba a pensar en abandonar un exilio que empezó siendo dorado pero que, tras dilapidarse una fortuna en la Costa Azul, le dejó sin blanca. Una nueva regulación llamada precisamente Lex Duvalier podría agilizar la devolución de todo ese dinero congelado en Suiza a Haití y servir para la reconstrucción del país.

Sea por dinero, o buscando una cuota de poder que le permita meter las narices en la nueva correlación de fuerzas del país, o por lo que sea, Baby Doc ha regresado abusando de su estatus como ex presidente, y aprovechando un vacío de poder consecuencia de unas débiles instituciones políticas y un proceso electoral estancado. De entre las muchas cosas que necesita este castigado país –dinero, instituciones, seguridad, cooperación y planificación– desde luego no debería estar el regreso de "Baby Doc". "He vuelto para ayudar a mi país", dijo nada más aterrizar en Puerto Príncipe. Por ahora sólo ha enturbiado un poco más la realidad del país, y las consecuencias de su regreso aún son impredecibles. Por lo pronto los partidarios del ex presidente Jean-Bertrand Aristide han retomado los llamamiento para su regreso. Lo que faltaba.

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