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Antonio José Chinchetru

Nadie detuvo a la cúpula de Anonymous

No se ha desarticulado a la cúpula de Anonymous por el simple motivo de que no existe. Pero claro, al Ministerio del Interior le interesa la propaganda, no el rigor informativo.

El Ministerio del Interior ha presumido ufano de que la Policía Nacional ha desarticulado la cúpula de Anonymous en España. Nada más lejos de la realidad. Como mucho, y no es poco, lo que ha hecho ha sido detener a tres gamberros cibernéticos que habían puesto a disposición de muchos otros horas de trabajo y medios materiales (como un servidor) para poder realizar ataques masivos contra los sitios web y los servicios online de instituciones públicas y empresas privadas de todo el mundo.

Desde la Brigada de Investigación Tecnológica de la Policía Nacional se han encargado de definir a Anonymous como "una organización estructurada con un objetivo común y formada por miles de células". Pero esto no se corresponde con la realidad. Lo cierto es que estamos ante un fenómeno difícil de comprender, en el que no existen jerarquías precisas ni complejas estructuras estables que confirmen la definición ofrecida por las fuerzas de seguridad. En realidad se trata de algo mucho más complejo. Para ser miembro del grupo no hay que afiliarse a ninguna organización ni integrarse en organigrama alguno. Basta con participar en alguna de sus acciones. Así, un día se es miembro y al día siguiente no.

Lo que Interior y la Policía Nacional ha dado en llamar "cúpula" del grupo en España se limita a tres personas que conforman algo parecido a la diminuta estructura estable de Anonymous en España (puesto que aportan medios y su implicación parece continuada en el tiempo). Pero no tienen, no pueden tenerla, ninguna función de dirección ni capacidad de mando alguna. A lo sumo, podrán proponer acciones concretas en los foros y chats donde se reúnen los simpatizantes del grupo, en los que seguramente destacarán por ser más activos que otros que también pueden actuar de igual manera. No estamos, pese a lo que pudiera parecer por el lenguaje utilizado por las fuerzas de seguridad, ante el equivalente cibernético de una organización terrorista o un grupo terrorista.

Los detenidos son meros gamberros online (por mucho que las causas que defiendan a veces sean justas, sus métodos son ilegítimos) que, además, ponen medios para que otros como ellos puedan actuar. No se ha desarticulado a la cúpula de Anonymous por el simple motivo de que no existe. Pero claro, al Ministerio del Interior le interesa la propaganda, no el rigor informativo.

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