Menú
EDITORIAL

Sin sorpresas en los test de estrés

Estos exámenes de resistencia han servido también para comprobar los perjuicios que irremediablemente acaban produciendo unos procesos de reodenación del sistema financiero cuando se basan en criterios políticos y no económicos

La banca española, prácticamente al completo, ha sido sometida a un riguroso examen por parte de la Autoridad Bancaria Europea con un resultado más que aceptable dadas las circunstancias. España es el país europeo que más entidades bancarias ha sometido a análisis, prueba de que hay un sincero interés por demostrar que el sistema financiero español está haciendo lo que se espera de él en un escenario de recesión como el que padecemos. Sólo cinco entidades han sido suspendidas en esta revisión internacional, algo que por otra parte ya estaba más que descontado vistos los antecedentes de todas ellas, suficientemente conocidos desde bastante antes de que se produjera este control externo.

Los resultados son, por esperados, aceptables, pero eso no debe impedirnos realizar algunas observaciones para mejor situar la cuestión que nos atañe.

En primer lugar, de las cinco entidades suspendidas, tres son el producto de las fusiones diseñadas por el ministerio de Economía, los famosos SIP, con el fin de que las cajas de ahorro se protegieran mutuamente frente a las consecuencias de la crisis económica, difuminando los riesgos que tal escenario conlleva para unas entidades en especial situación de debilidad. Puesto que el Banco de España ha sido el organismo encargado de tutelar estos procesos de fusión y de verificar su viabilidad, no parece muy oportuno que su gobernador lance las campanas al vuelo por los resultados de estos test sin hacer la menor autocrítica acerca de este hecho que pone de manifiesto las carencias de esta supervisión.

Por otra parte, estos exámenes de resistencia han servido también para comprobar los perjuicios que irremediablemente acaban produciendo unos procesos de reodenación del sistema financiero cuando se basan en criterios políticos y no económicos, como ha ocurrido principalmente con las cajas de ahorro catalanas. No es casual que dos de las cinco entidades españolas suspendidas, Catalunyacaixa y Unnim, sean el fruto de fusiones realizadas entre las cajas de ahorros de esta comunidad autónoma, con el fin de preservar los centros de decisión dentro del territorio por exigencia de unos dirigentes más preocupados de obedecer a la consigna nacionalista que a la lógica empresarial.

Con todo, los resultados de este examen a nuestro sistema financiero confirman los análisis que los lectores han seguido en nuestro periódico, en el sentido de que, si bien la posición de partida de nuestro sistema bancario era especialmente vulnerable por su sobreexposición al riesgo inmobiliario, lo cierto es que dentro del mismo se está actuando con el rigor necesario para sobreponerse a una situación que hace sólo dos años no presagiaba nada bueno.

El Banco de España y la vicepresidenta económica, con escaso sentido de la mesura, todavía no han dejado de felicitarse por los resultados de estas pruebas de resistencia. Si ambos hubieran sido más diligentes en su labor supervisora muchos más se sumarían a esos parabienes. Nosotros los primeros.

En Libre Mercado

    0
    comentarios
    Acceda a los 1 comentarios guardados