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GEES

Bienvenido, Benedicto

Llega pues Benedicto XVI, el Papa teólogo, que concibe su mandato como continuidad del de su venerado Juan Pablo II, el Papa filósofo, que contribuyó a enterrar el socialismo real

España celebra entusiasmada la visita del Papa. Entusiasmo y juventud van unidos. No en vano significan lo mismo. La juventud remite, recordaba Ortega, a quienes participan del ánimo de Jove (Júpiter), el padre de los dioses del Panteón romano. Y entusiasmo es el temple de Zeus, el dios de dioses de la mitología griega. No es extraño pues que siendo Occidente, del que es parte sustancial España, la unión de Grecia, Roma y el Cristianismo, sea con el Papa Benedicto con el que nos avengamos a reconocer nuestras raíces... juveniles.

Las JMJ se fundaron por una original idea del Beato Juan Pablo II. Convencido por su experiencia sacerdotal de la fecunda semilla de esperanza que podía plantarse en las almas de los jóvenes polacos sometidos a la opresión comunista, incorporó el modelo a la sede vaticana. España vivió las de 1989, año notable por la caída del Muro, en Santiago. Ha habido ya veinticinco ediciones, la mitad de ellas restringidas a celebraciones diocesanas.

No habían pasado dos minutos de la homilía eucarística con la que el Cardenal Rouco inauguraba la JMJ de 2011, cuando –disparado cual Ronaldo en busca de la portería– el arzobispo de Madrid apelaba a "uno de los más lúcidos escritores de la España contemporánea", Julián Marías, para afirmar que: "España se constituye animada por un proyecto histórico que es su identificación con el cristianismo". Enseguida recalcó que España no es "inteligible sin su bimilenaria tradición católica", remitiendo ya sin duda, de la que nos había sacado oportunamente el arzobispado al añadir una nota a la referencia, que el libro de donde venía la cita era el extraordinario España inteligible. Razón histórica de las Españas.

La frase termina: "lo cual envolvía la afirmación de su condición europea y occidental". Marías especifica que "España puede ser o no cristiana, por supuesto, los españoles lo son o no; pero el núcleo históricamente fecundo de lo que ha sido desde los orígenes el proyecto generador de España, la identificación con el cristianismo, pervive aun independientemente de la religión". Amén a eso.

Llega pues Benedicto XVI, el Papa teólogo, que concibe su mandato como continuidad del de su venerado Juan Pablo II, el Papa filósofo, que contribuyó a enterrar el socialismo real. Son estos elementos: el descanso en el poder de Dios y la independencia del dominante en el mundo, la evocación de Occidente y sus valores, la condición personal y libre de cada uno; en una palabra, el entusiasmo. Lo que no toleran los poderes establecidos y quienes los sustentan, a veces ciegamente. Así que el Cardenal tuvo el chutzpah o descaro –según la coloquial expresión Yiddish usada a veces por los judíos, hacia los que ambos papas han sentido el cariño merecido por el pueblo elegido–, de decir a los jóvenes que el Papa vendrá a pedirles que no tengan miedo. Que es una frase favorita del Beato: no tener miedo a aparecer ante los demás como testigos, llamándoles hacia sí.

Estos días prometen.

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