A veces mis amigos y colegas se preguntan por qué me preocupa tanto la ciberseguridad y la Internet. Yo les digo todo el tiempo que se trata del problema más importante e incomprendido en el mundo de hoy, pero a menudo pienso que ellos no entienden la magnitud del problema.
Así es que fue fascinante ver este resumen de fin de año sobre las cosas increíbles que suceden en Internet cada 60 segundos. No es frecuente que logremos entender bien lo grande que Internet es en realidad. Por lo tanto, tenga en cuenta: en la actualidad hay más de dos mil millones de usuarios de Internet –eso es casi un 30% de la población total del mundo interconectada–. No hay otra actividad humana que haya sido alguna vez de tal envergadura.
Y esos usuarios están ocupados haciendo cosas. Cada minuto de cada día llevan a cabo unas 700.000 búsquedas en Google y 11 millones de conversaciones de mensajería instantánea y postean un millón de actualizaciones en Facebook. Cada minuto, se crean más de 1.800 terabytes de nueva información y de datos. ¿Cómo de grande es un terabyte? Bueno, de acuerdo con la Biblioteca del Congreso, la cantidad aproximada de sus colecciones que están digitalizadas, libre y públicamente disponibles en Internet, son unos 74 terabytes, por lo que cada minuto de cada día, se añade el tamaño de 24 nuevas bibliotecas digitales del Congreso al almacén del mundo de la información (bueno, es cierto que algunos de esos contenidos no valen la pena que se añadan, pero eso ya es otra historia). En otras palabras, hay más contenido publicado en YouTube cada mes que la producción combinada de todas las cadenas de televisión de Estados Unidos desde sus inicios en la década de 1940.
Y con el crecimiento de la información también viene una creciente amenaza para nuestra seguridad. Cada minuto, se envían más de 168 millones de mensajes de correo electrónico. Eso es 88 billones de mensajes al año y todos y cada uno de ellos son un vector de potenciales amenazas y fuentes de intrusiones de virus informáticos. La magnitud de la vulnerabilidad es exactamente tan grande como la magnitud de Internet.
¿Cómo podríamos manejar algo tan grande? ¿Cómo podrían la ley y la política mantener el ritmo de algo tan grande? Es por eso por lo que la magnitud de Internet es tan abrumadora. Simplemente no hay forma de que ninguna otra institución humana pueda gestionar algo tan grande.