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EDITORIAL

El golpe separatista podría llevarse por delante a Podemos

Ojalá la crisis desatada por sus semejantes golpistas en Cataluña acabe traduciéndose en su merecida implosión. Sería una extraordinaria noticia para España.

El estupor entre las bases del grupo de extrema izquierda liderado por Pablo Iglesias no deja de crecer a medida que se suceden las declaraciones públicas de sus dirigentes en relación con el golpe de Estado separatista. Tras el anuncio del Gobierno de poner en marcha las previsiones del artículo 155 de la Constitución, la reacción del neocomunista y su camarilla, poniéndose claramente del lado de los sediciosos, ha colmado el vaso de la paciencia de no pocos militantes y votantes de la formación morada, que no quieren que Podemos sea el tonto útil de los liberticidas que detentan el poder en Cataluña.

El malestar está adquiriendo rasgos preocupantes para Iglesias y compañía, acostumbrados como están a manejar el partido a su completo antojo. No de otra forma cabe entender la bochornosa misiva que el propio Pablo Iglesias se ha visto obligado a enviar a todos los inscritos en Podemos, en la que trata de justificar su infame sometimiento al separatismo recurriendo a la rancia demagogia que le es consustancial.

Iglesias tiene difícil convencer a sus militantes extremeños o andaluces de que la defensa de la operación golpista de los jenízaros del apandador Jordi Pujol es beneficiosa para las clases populares del resto de España. Más aún tendrá que mentir para hacer pasar como un gesto positivo hacia los de abajo su lacayesca postración ante los capos de una de las regiones más ricas de Europa, a los que está ayudando a dinamitar cualquier principio de solidaridad interterritorial.

Iglesias y sus palmeros quieren acabar con el régimen constitucional, y para ello no vacilan en aliarse con todos los que suponen una amenaza para el mismo. Otra cosa es que los que una vez le entregaron su confianza vayan a cometer nuevamente el mismo error, después de ver a su partido convertido en felpudo de los golpistas.

Podemos es un partido indefendible e impresentable indigno de ostentar la menor responsabilidad pública. Ojalá la crisis desatada por sus semejantes golpistas en Cataluña acabe traduciéndose en su merecida implosión. Sería una extraordinaria noticia para España.

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