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Stas Radziwill

José Bono, príncipe del Renacimiento

Los contribuyentes llevamos mas de 30 años pagando a José Bono una opulenta vida de príncipe del Renacimiento por su catastrófica labor.

"No me importa que me llamen hijoputa, lo que me importa es el tonillo", dijo en una ocasión Antonio Ferrandis. Si Chanquete levantase la cabeza y leyese las memorias de José Bono, inmediatamente pediría una botella de cicuta tamaño Magnum. Si el libro que firma el Rockefeller de Salobre fuesen unos pantalones, serian de mercadillo. Si fuese una pieza de charcutería, seria Chóped pork. Si fuese vino, seria vinagre. El contenido de la obra es tan falso como la presunta cabellera o el supuesto catolicismo del autor.

La colosal fortuna amasada en la España Autonómica por el jeque manchego le ha permitido hacerse con una cartera de propiedades tan exorbitante como la deuda autonómica que dejó al salir del gobierno manchego, pero no adquirir el don de la escritura. José Bono tiene sin duda dos grandes habilidades: la de vulgarizar todo lo que toca y la de enriquecerse a la velocidad del Ferrari de su amigo El Pocero.

Los contribuyentes llevamos mas de 30 años, directa e indirectamente, pagando a José Bono una opulenta vida de príncipe del Renacimiento como premio a su catastrófica labor el frente de una de las regiones mas atrasadas de la Unión Europea. Desconocemos si el potentado manchego le contó a la duquesa de York, cuando viajó con ella a Nueva York en el Queen Mary 2, el 29% de paro de la Castilla-La Mancha o si hablaron de la desmesurada pasión de ambos por el dinero de origen incierto. Los más de 16.000 euros que costó el pasaje VIP del caudillo manchego y su recauchutada esposa en el lujoso trasatlántico coinciden con la renta per cápita anual de la Comunidad Autónoma que con tanto desatino presidió.

El 47,7% de los jóvenes manchegos está en paro y por ende habituado a la larga cola del INEM. Sin embargo, la única cola que conoce  el hijo de José Bono es la del carísimo caballo que utiliza para competir –aunque nunca haya ganado nada- en los mas exclusivos campeonatos de saltos. Grandes billonarios internacionales como Athina Onassis (hija de la naviera C. Onassis), Marta Ortega (hija del dueño de Inditex), Carlota de Mónaco (hija de la princesa Carolina) comparten con Jose Bono "Junior" (hijo de un empleado publico de Castilla-La Mancha) esta prohibitiva afición. El papá de tan nefasto jinete ha demostrado ser un mago de las finanzas, ya que con un salario público de 96.000 euros al año antes de impuestos y manteniendo una familia de 6 miembros ha logrado para sí y para los suyos un tren de vida equivalente al de la princesa Carolina de Mónaco y su familia. De hecho, el ropero y el joyero de su exesposa Ana Rodriguez, rivaliza con el de la hija de Rainiero. Señoras y señores, el PSOE es así.

En escritura, como en política, José Bono es la esencia de la mala praxis. Su libro es una aberración ética, estética y moral de principio a fin, fiel reflejo de su autor. Una tomadura de pelo masiva en la que el sultán de Albacete pretende una vez mas quedarse con todos nosotros y encima ganar dinero con ello. Los Dioses, que hicieron a Castilla-la Mancha la cuna de Fray Luis de León y de Quevedo, se ensañaron a cambio sin piedad con esta región cuando permitieron que José Bono naciese allí el 14 de Diciembre de 1950.

Si a un pirómano le diese por incendiar la nave industrial que almacena la edición de 100.000 ejemplares del libro de Bono, yo acudiría corriendo a salvar el fuego. A Carrillo, el fantasma de Paracuellos le acompañó a la tumba. A Bono, le pasará lo mismo con el inexplicable origen de su pantagruélica fortuna. Mientras tanto, los meteorólogos vaticinan un octubre frío. Yo ya sé qué voy a utilizar para encender la primera chimenea de la temporada.

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