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Katy Mikhailova

En lugar del British Style, bandera española

El jueves pasado, Adolfo Arroyo hacía la presentación del reloj Toro Orígenes de la firma Toro Watch.

El jueves pasado, Adolfo Arroyo hacía la presentación del reloj Toro Orígenes de la firma Toro Watch.

Vemos en las principales capitales del mundo la bandera londinense, el símbolo "I LOVE NY" presente en multitud de camisetas y los cuadros escoceses ya tan vistos a su manera en Burberry–cuyas ventas, por cierto, están peor cada día en España-. Pero de la bandera española parece que algunos todavía, y por desgracia, se avergüenzan.

El jueves pasado, Adolfo Arroyo, fundador del grupo de relojes Ayserco, hacía la presentación del reloj Toro Orígenes de la firma Toro Watch en el anticuario de Madrid Objetos de Arte Toledano y Sucesores cuyo peculiar escaparate es famoso por sus meninas. En este escenario emblemático estaba el actor Pepe Ruiz que llevaba un pin en la chaqueta de su traje con la bandera española y quien me contaba entre risas: "Lo llevo en el corazón, pero tan fuerte me late que se me ha salido". Es un ejemplo a seguir, como muchos de los aficionados al toro de Adolfo.

Con tanta tendencia Brittish que nos recomiendan todas las firmas: tanto las de lujo, con mocasines de Prada para mujer o los taconazos con estampado de cuadros escoceses de Louboutin; como las marcas low cost que se suman a la lucha por ofrecer algo de una tendencia que, como cada otoño/invierno, vuelve a estar de moda. ¡No es difícil adivinar por qué vestimenta apostar dentro de un año! Pero yo me pregunto, ¿por qué tanto cariño por el estilo anglosajón cuando en España tenemos mil y una historias que contar?

En este encuentro se realizó la entrega del reloj Toro Orígenes al reconocido periodista Melchor Miralles y al director y presentador de El Gato al Agua Antonio Jiménez.

Este nuevo reloj que ha presentado Adolfo es una joya que rinde homenaje al 170º aniversario de la bandera española, adoptada como enseña común en 1843, tras una primera fase como distintivo de fortalezas marinas y navíos iniciada en 1793. Ambas fechas van grabadas a mano en la parte posterior de este reloj, provisto de dos movimientos independientes, para marcar los tiempos exactos de diferentes partes del mundo. La singularidad del reloj queda reforzada por las sutiles piedras preciosas en forma circular engarzadas en su esfera: concretamente dos rubíes y un topacio, dejando el efecto rojo/amarillo/rojo, reproduciendo así las tonalidades de la enseña; las cuatro torres encargadas de sustentar su caja y las particulares correas de piel, de clara inspiración vintage, hace de un reloj que podría ser un clásico renovado.

Historia de un toro

En una profunda entrevista realizada a Adolfo Arroyo para la revista digital Brand of the Art el empresario nos cuenta con mucho orgullo que "Toro Watch es una marca que ha nacido con la crisis y hoy es un referente español en relojes".

Uno de los problemas con los que se encontró Adolfo al crear esta gama de relojes era el uso del toro con la bandera; primero, tuvo que pedir la licencia del toro de Osborne para sus relojes, y, después permitirse combinar el animal que es el icono del país con la bandera nacional. "La asociación del toro con la bandera española fue utilizada hasta en los campos de fútbol para identificar España con el toro, y si eso es un valor español, no es el valor de una empresa. Al final un juez podría determinar que el toro es de todos los españoles y no de Osborne", cuenta Adolfo en la entrevista.

Sin embargo, Toro Watch fue todo un éxito. No hay más que ver las ventas que obtuvo el reloj del Bicentenario de las Cortes de Cádiz de Viva la Pepa. Reloj que, como decíamos en otras ocasiones, lleva el príncipe Felipe.

Adolfo es esa clase de persona en cuya visión empresarial la gestión económica con dosis de creatividad forman parte de su ADN. "La esfera del reloj es un gran lienzo para representar cosas", atestigua. Una forma de contar la Historia de un gran país, una gran nación que tiene una memoria que puede plasmarse sobre un objeto estético, que a su vez cumple una misión funcional, aunque cada vez menos. Y a pesar de que resulte muy curioso saber lo bien que son acogidos los relojes del toro de Adolfo en Cataluña, no es algo que se dé en el País Vasco.

En el editorial anterior hablábamos del Barroco ostentoso de la moda en época de crisis, a modo de que quizá en épocas de dificultades económicas las personas intentan exagerar las apariencias; a lo mejor, se sienten vacíos por dentro y lo tratan de compensar con lo externo. Pero con la ‘marca España’ no tenemos motivos para los que viajar a otros países para contar historias. Y es que, detrás de lo superficial, a menudo, hay mucha profundidad. Tras cada toro esculpido en un reloj de Adolfo, hay una historia de España.

En Chic

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