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Carlos Pérez Gimeno

La boda fantasma de Julio José Iglesias

Parece mentira que ni siquiera hayan cedido una foto los propios novios para distribuirla a los medios de comunicación. Hace falta ser cutres.

Poco se sabe de este enlace, que se llevó a cabo bajo unas férreas medidas de seguridad, con el fin de proteger una suculenta exclusiva financiada por la revista ¡Hola! Parece mentira que ni siquiera hayan cedido una foto los propios novios para distribuirla a los medios de comunicación. Hace falta ser cutres.

Dentro de un par días será cuando el reportaje del bodorrio se publique, y podremos ver que finalmente hubo varias ausencias, de manera que la exclusiva quedará mucho más pobre.

La primera, la de Enrique Iglesias, que según parece puso como excusa para no acudir a ver casar a su hermano motivos de trabajo, cuando la realidad es que su siguiente actuación no está prevista hasta el próximo día 14.

La segunda, la de Carlos Falcó, segundo marido de Isabel Preysler y padre de Tamara. El marqués de Griñón siempre ha sido un señor muy discreto, y con toda seguridad no le ha debido apetecer en absoluto participar en ese circo de boda, y al no acudir, evitaba tener que posar con los otros maridos de la que fuera su esposa. 

Otra gran ausencia la de Miranda Rijnsburger que en esta ocasión no acompañó a su marido y padre del novio, Julio Iglesias, a su llegada a la finca El Rincón, propiedad del marqués de Griñón, lugar elegido para la celebración. Llegó solo, en coche, y como el resto de los invitados, declinó hacer declaración alguna a los reporteros que llevaban horas apostados en las puerta de la finca, esperando al menos un buen gesto por parte de los recién casados, salir y hacer un breve posado.

Ya se sabe que el dinero es muy goloso, y para Julio José, que no tiene un trabajo estable, esas perras -que no van a ser pocas- le van a venir estupendamente.

Una boda barata, de la que se especula que asistieron entre 50 y 70 invitados, en la que el sitio alquilado para su celebración no les ha costado un duro, al ser regalo de su dueño, Carlos Falcó, que también les ha obsequiado con los vinos que se sirvieron en la cena.

En otro orden de cosas, el traje de la novia, confeccionado por Manuel Mota para Pronovias, con toda probabilidad, será también regalo de la firma, sin olvidar la magnífica exclusiva. Es,  sin lugar a dudas, un negocio redondo.

Todo bajo la supervisión de Tamara Falcó, que contó con la ayuda de su representante Susana Uribarri, que a su vez lo es también de Julio José y de tantos famosos que acudieron a su despedida de solteros y que la mayoría no se conocía entre sí. 

Lo que por el momento se desconoce es si llevó a su eterno novio Darek, y éste haciendo un revival les obsequió con un striptease, que era a lo que se dedicaba cuando le conoció la insigne Anita Obregón... Hubiera sido maravilloso.

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