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Rosa Belmonte

¡Viva Locomotoro!

Miliki, sus hermanos y sus descendientes serán todo lo payasos y músicos que se quiera, pero los tres hermanos Aragón fueron sobre todo pioneros de la televisión.

El gran circo de TVE no nos gustaba porque fuera circo sino porque era televisión. Porque Gaby, Fofó y Miliki sabían de comedia, tenían sentido del ritmo y del espectáculo. Habían emigrado a América, habían hecho una gira teatral en Estados Unidos con Buster Keaton y hasta aparecieron varias veces en el show de Ed Sullivan. Ya eran unas estrellas en Cuba (que tuvo a partir de 1949 la primera televisión en habla hispana), en Argentina, en Puerto Rico o en Venezuela cuando volvieron a España en 1972. Al año siguiente montaron un circo en TVE. Llenaron el plató de niños en blanco y negro que se desgañitaban respondiendo "bieeeeeeeeen" y triunfaron. Con varios nombres a lo largo de su historia, el programa de los payasos de la tele se convirtió en el referente infantil, en el suministrador de canciones, en el dispensador de ‘catchphrases’. Nonaino, nainooo. Los payasos de la tele se puede decir que sustituyeron a Los Chiripitifláuticos (aunque llegaron a convivir, cada uno por su lado), pero nadie sustituyó a Locomotoro en la mitomanía de los niños de los 70. La etapa de Los Chiripitifláuticos con programa propio (sin Locomotoro, Paco Cano, que era promotor inmobiliario) ya no fue la misma. Locomotoro y su prodigiosa inclinación hacia adelante en Antena infantil forma parte del paraíso perdido de muchos niños para quienes los hermanos Aragón fueron un sustituto. Será una casualidad pero resulta curioso que una de las frases habituales de Locomotoro, además de "que se me mueven los mofletes", fuera "borra eso" y que una de las canciones de los payasos también fuera "Borra, borra eso" (tipitín tipitín pon pon).

La muerte de Miliki nos ha pillado muy mayores. Desplegamos la carpa de la nostalgia porque ha sido importante en nuestra infancia. Era una presencia tan cercana y habitual que las primeras veces que vimos al padre de Arantxa Sánchez Vicario en las gradas nos pareció que era Miliki. La muerte de Fofó en 1976, uno de cuyos médicos era José Luis Moreno, sí nos impresionó. Porque éramos más impresionables y porque lo operaron de un tumor benigno en el cerebro pero se murió de una hepatitis. A Miliki se le puso entonces el pelo blanco.

Si el tinglado montado por Óscar Benegas en aquella televisión del año de la pera con Locomotoro, el capitán Tan, Valentina, el Tío Aquiles o los Hermanos Malasombra era inclasificable (de hecho, fue criticado por los comentaristas de la época, que no llegaban a entender su maravillosa dimensión absurda), los programas de los payasos de la tele eran artefactos de relojería pensados milimétricamente para que los niños no bostezaran. Primero, el tradicional saludo; luego, la presentación, que incluía un número cómico entre Gaby (clown), Miliki (augusto o tonto) y Fofó (contra augusto, el que amplía los gags del primer augusto y estropea las bromas que el clown y el augusto le hacen); más tarde, una atracción circense; después, la aventura, y para finalizar el programa, la despedida con canción.

Cada año, en la ceremonia de entrega de los Goya, la estrella que más ilusión me hace ver es Fernando Chinarro. Un clásico. Fernando Chinarro era el actor habitual de la aventura de los payasos, lo más divertido de todo el espacio, lo más esperado (aparte de las trastadas, había cosas como el curioso truco de la tabla del nueve, que nunca se nos olvidó gracias a ellos). Antonio Luque, cantante y escritor, tomó el nombre del Sr. Chinarro para su grupo musical. A Chinarro, menos ‘mainstream’, le pasa como a Locomotoro, es el favorito de muchos.

Miliki, sus hermanos y sus descendientes serán todo lo payasos y músicos que se quiera, pero los tres hermanos Aragón fueron sobre todo pioneros de la televisión. En 1949 ya estaban haciendo televisión en Cuba (RTVE es del 1956). Cuando llegaron aquí en 1972 es como si hubieran venido Milton Berle, Lucille Ball y Edward R. Murrow. No extraña cómo salió Milikito. "Yo soy Emilio Aragón y usted no lo es", decía en Ni en vivo ni en directo. Así cualquiera.

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