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Carlos Pérez Gimeno

Emotivo adiós a Tony Leblanc

Desde hacía tiempo su salud era precaria, y su estado se agravó hace apenas diez días. Le descubrieron un tumor en el páncreas a principios del presente mes.

Desde hacía tiempo su salud era precaria, y su estado se agravó hace apenas diez días. Le descubrieron un tumor en el páncreas a principios del presente mes, y los médicos no le dieron mas de tres meses de vida. Afortunadamente estaba muy medicado, y no tuvo dolores, tal y como dijo uno de sus hijos, que también comentó que su padre se estaba recuperando de forma muy lenta de un ictus. "Le costaba hablar y su ánimo, al igual que su salud, cada día se debilitaba más", añadió.

La capilla ardiente se instaló en el Teatro Fernán-Gómez por expreso deseo del actor, y allí acudieron un gran número de amigos y compañeros. Mucha gente anónima quiso darle el último adiós a una persona tan querida como lo era Tony Leblanc.

Una de las primeras en llegar fue Concha Velasco, a la que le unía una gran amistad, y juntos protagonizaron muchas películas en la gran pantalla y en la televisión. En la corona de flores que envió se podía leer "Espérame en el cielo. Gracias". 

A los pies del féretro, la enviada por José Sacristán y su esposa Amparo. Sara Montiel y Lina Morgan también quisieron despedir a su amigo. Santiago Segura, profundamente afectado, tuvo unas palabras muy entrañables. "Se ha ido un padre, un amigo, un compañero". Andrés Pajares no podía hablar por lo emocionado que estaba, al igual que Imanol Arias, que recordó lo mucho que les hacía reír mientras rodaban los capítulos en los que Tony trabajó en la serie Cuéntame.

El ministro de Cultura, José Ignacio Wert, al igual que Ana Botella, acudieron a dar el pésame a la familia, y tuvieron unas palabras muy cariñosas hacia el artista tristemente desaparecido.

A su lado y en todo momento, su inseparable Isabel, con la que llevaba casado 61 años. La esposa de Tony Leblanc estaba desolada, y hubo un momento que sus hijos se la tuvieron que llevar a otra dependencia, ya que no se sentía bien, y tuvieron que administrarle un calmante.

A sus hijos, que estaban permanentemente pendientes de su madre, se les veía más enteros, no como a sus nietos, que no podían ocultar las lagrimas.

Tony ha muerto como él quería, rodeado de su familia, de todos sus hijos, y su entierro se celebró en la intimidad familiar. Ahora sus restos reposan en la misma sepultura que sus padres, en el madrileño cementerio de La Almudena. 

Con Tony Leblanc, el cine español pierde a uno de sus pilares más importantes. Nadie mejor que él sabía lo que de verdad era tener sentido del humor.

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