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Carlos Pérez Gimeno

Carmen Martínez-Bordiú continúa con su proceso de divorcio

Ésta última ruptura, todo apunta que no va a ser nada fácil, al no llegar a ningún acuerdo ambas partes a pesar de no haber mucho que repartir.

Ésta última ruptura, todo apunta que no va a ser nada fácil, al no llegar a ningún acuerdo ambas partes a pesar de no haber mucho que repartir.

Desde que se hizo público que Carmen había tomado la decisión de separarse de José Campos, su actual marido, su manera de comportarse cuando le han preguntado por el tema, su reacción siempre ha sido la misma, y ha mostrado un total mutismo.

Carmen se he negado a desvelar cualquier detalle sobre los motivos que le han llevado a tomar esa decisión. Para la nieta de Franco, dar el paso de solicitar un divorcio, no es nada nuevo para ella, ya que a lo largo de su vida, ha tenido que pasar tres veces por ese trance. El primero fue con el desaparecido Alfonso de Borbón, padre de su hijo Luís Alfonso, el segundo con el anticuario francés Jean Marie Rossy, con el que tuvo una hija Cynthia, y por último el cántabro, con el que ya no ha tenido hijos, más que nada por una cuestión de edad.

Ésta última ruptura, todo apunta que no va a ser nada fácil, al no llegar a ningún acuerdo ambas partes a pesar de no haber mucho que repartir, lo primero por haberse casado en régimen de separación de bienes, y según el propio Campos, confesar que el dinero que tenía lo había gastado con su mujer.

Desde que el hecho ocurrió, Carmen ha vuelto a instalarse en Madrid, en pleno barrio de Salamanca, en un piso que según parece ha sido alquilado por su ultimo acompañante, Luis Miguel Rodríguez, en el que hace unos días se pudo ver que estaban descargando unos muebles propiedad de la Bordiú.

Tanto Carmen como su nuevo amor no han querido hacer ningún tipo de declaración, aunque los hechos hablan por sí solos. Por una parte a Carmen se le ha visto en varias ocasiones salir y entrar a un edificio de notaria y abogados. Lo que está claro es que quiere a volver a recuperar su soltería y una vez que eso ocurra, habrá que ver qué es lo que ocurre.

Por el momento Carmen y José, las espadas las tienen el alto. Mal asunto.

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