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Pablo Molina

El año de los tertulianos progres

Es el momento de desearles mucha salud, no sea que sufran una hernia neuronal estrangulada y tengan que acudir a la tele con un braguero en el cráneo.

Es el momento de desearles mucha salud, no sea que sufran una hernia neuronal estrangulada y tengan que acudir a la tele con un braguero en el cráneo.

Este 2014 que ahora comienza ofrece un panorama fastuoso para el tertuliano de carril izquierdo, cuya presencia en los programas televisivos destinados a analizar la realidad es una obligación insoslayable para las cadenas de medio o bajo progresismo (las otras ya vienen abarrotadas de casa con intelectuales de muchísimo progreso). "¿Ha llegado ya el progre?", preguntan los realizadores a sus ayudantes, porque si la mesa de debate no cuenta con su presencia de cuota el programa no debe, no puede comenzar.

El progre a la violeta que copa los asientos de las tertulias televisivas es la encarnación del Bien Absoluto. Sus chorradas antológicas, que suele enristrar como los chorizos de pueblo en la matanza del Santo Patrón, son una verdad que sólo los antidemócratas pueden poner en duda, porque la democracia, como es bien sabido, consiste en acatar el mandato de la izquierda sin objeciones. Si el tertuliano progre es, además, profesor universitario (fenómeno muy extendido), sus intervenciones mediáticas tienen una utilidad añadida de carácter académico: escuchándolo uno se explica de manera intuitiva por qué la universidad pública española está tan bien considerada en el resto del planeta Tierra.

En 2014 los tertulianos progres no van a dar abasto para analizar la actualidad desde su particular perspectiva. Con la anunciada independencia de Cataluña (culpa de los fachas españolistas), las iniciativas en el mismo sentido del País Vasco (culpa de los fachas españolazos), la crisis económica (culpa de los fachas españoles y alemanes), el caso Bárcenas (tan facha como Rajoy) o los problemas judiciales de la Familia Real (ellos son republicanos), se van a dar un festín solo equiparable a los eventos sindicales organizados por la UGT andaluza.

Ya que el trabajo no les va a faltar, y mucho que nos alegramos, es el momento de desearles mucha salud a todos ellos para aguantar la carga de trabajo que se les viene encima, no sea que sufran una hernia neuronal estrangulada y tengan que acudir a la tele con un braguero en el cráneo. Ánimo, camaradas: este año es el vuestro.

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