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Amando de Miguel

Precisiones sobre algunas palabras e ideas

El corrector automático de mi ordenador me subraya en rojo la palabra 'guerracivilismo'; no le gusta.

Seguimos a vueltas con las putas. Jorge González Argüelles prefiere el nombre de suripandas (sic) al de firurifas, que yo mencionaba. Es cuestión de gustos, aunque advierto que el nombre correcto es suripantas. Su origen no está en la historia que cuenta don Jorge sobre un señor de Sevilla que se enamoró de una supuesta cantante de ópera. Prefiero la versión que da C. J. Cela, según la cual suripanta fue una palabra inventada para la zarzuela satírica El joven Telémaco (1866). Se presume que era una voz de la jerga caló. Desde luego, suripanta se asocia a una actriz del teatro lírico o de varietés un tanto casquivana. Es una palabra cariñosa, como firurifa.

Julio Iglesias de Ussel quiere saber el sentido de la expresión "me importa un pimiento". Está claro. Se trata de un ñoñismo para no decir pene, picha, pito o pijo. Lo facilita la forma de esa hortaliza y la p inicial. También cabe decir "me importa un rábano", otra vez la similitud de la forma.

Dionisio Pérez-Villar reivindica el neologismo de guerracivilismo para describir las actitudes que enfrentan ideológicamente a los españoles de manera extrema. Yo utilizo a veces esa palabra, porque veo que es necesaria. El corrector automático de mi ordenador me la subraya en rojo; no le gusta.

Jesús Laínz toma buena nota de los avisos y carteles que pueblan ahora el paisaje urbano. Acaba de registrar esta joya: "Se prohíbe la peatonalidad en las rampas". Apesta de cursilería, y me pregunto por qué esa crueldad. ¿Acaso una persona mayor, temerosa de tropezar en la escalera, no debe descender por la rampa? Aviados estamos.

Nunca he entendido por qué tiene que haber excepciones en el IVA. Todas las transacciones son necesarias para compradores y vendedores. Ahora veo que los expertos que han informado al Gobierno sobre la reforma fiscal aconsejan que "el ladrillo y el turismo" puedan estar exentos del IVA. Me parece incongruente. El ladrillo (= construcción) está en crisis y el turismo en auge. ¿A qué santo van a estar los dos privilegiados ante el Fisco? Otra cosa. El Gobierno cuenta con un plantel muy escogido de altos funcionarios que dominan la cuestión impositiva. ¿Por qué encargar a una comisión de expertos que redacte un informe sobre la reforma fiscal? Ya que estamos en el rincón de las palabras, que no se me pase mencionar el origen de la palabra fisco. Es el cestillo que se pasa en las iglesias para recoger donaciones.

Antonio Jorge Serra Mallol me envía un interesante excurso histórico sobre la patata. Ese alimento fue aconsejado por las Sociedades Económicas de Amigos del País en el siglo XVIII. Pero añado que esa iniciativa de los ilustrados españoles tuvo poco éxito hasta por lo menos un siglo después. Continúa mi corresponsal con el dato de que en Bielorrusia triunfó la decisión de Pedro el Grande de que los campesinos sembraran patatas. Pero se comían las flores, que eran alucinógenas. Confirmo que en muchos países el consumo de patatas empezó por los cuarteles militares. El éxito más grande fue Irlanda, donde el clima favorecía ese cultivo y era grande la presión demográfica. A mediados del siglo XIX irrumpió el escarabajo de la patata, que asoló las plantaciones irlandesas. Eso provocó una gran hambruna y una fuerte emigración de irlandeses hacia los Estados Unidos. La patata es hoy el alimento más universal; le gusta a todo el mundo. Es una estupenda fuente de vitamina C. Por se considera que la patata es "la naranja del pobre".

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