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Pastora Soler, Pasión Vega y Diana Navarro vuelven a la Expo 92

Las tres artistas retoman Azabache, reestreno de aquel espectáculo de la Expo’ 92 que supone el regreso de la copla al Teatro Real.

Las tres artistas retoman Azabache, reestreno de aquel espectáculo de la Expo’ 92 que supone el regreso de la copla al Teatro Real.
El musical Azabache

El madrileño Teatro Real fue escenario por vez primera en la noche del martes 14 de enero de 1986 de un concierto de música popular española en homenaje al maestro Manuel Quiroga, el más célebre de los autores de coplas. De él se interpretaron en tan histórica velada veintidós piezas del amplísimo repertorio del compositor sevillano, a cargo de la Orquesta Nacional de España. Tan magno coliseo, dedicado a representaciones de ópera, ha albergado en muy contadas ocasiones a artistas del flamenco y la canción andaluza: Paco de Lucía, Manolo Sanlúcar, Rocío Jurado...

Que en ese "sancta sanctorum" del arte lírico se permita, aun de tarde en tarde, otras manifestaciones musicales (lo que enrabieta a los ortodoxos del bel canto), realza la importancia de éstas. Es el caso que en los próximos 24 y 25 de febrero se han programado dos galas del espectáculo Azabache. Muchos de ustedes recordarán este título, estrenado durante la Expo sevillana de 1992, que durante cuatro meses reunió a dos míticas estrellas de la copla, Imperio Argentina y Juanita Reina (sin apenas facultades vocales la primera, como era previsible dada su avanzada edad, al punto que tuvo que recurrir al "play-back" en algunos números; y muy disminuida, asimismo, la segunda, aunque aguantó mejor el tipo). Con ambas se lució la siempre brillante y versátil Nati Mistral (más en su papel de castiza del chotis y el pasacalle zarzuelero). Pero quien de verdad resultó la triunfadora –estaba cantado, nunca mejor dicho- fue Rocío Jurado. Impresionante. Completando el cartel, sin desentonar, una espléndida María Vidal (a la que una enfermedad y otras circunstancias han frenado después su carrera de auténtica figura).

Veintiún años se cumplirán en verano de aquella puesta en escena. Y a esa efeméride se han apuntado ahora Pastora Soler, Diana Navarro, Pasión Vega y Manuel Lombo, para recrear aquel Azabache, con algunas modificaciones en el repertorio, pero siempre atendiendo a una brillante selección de coplas. El espectáculo, con la Orquesta Sinfónica del Aljarafe, dirigida por José Miguel Évora, ya lo han presentado desde primeros de año en varias ciudades, proseguirán con él por toda España esta temporada y es el que se anuncia, como decíamos al principio, en el Teatro Real de Madrid la próxima semana.

No es fácil reunir ese elenco. Pastora Soler es la más veterana; comenzó a cantar desde jovencita, enrolada en una compañía de adolescentes que comandaba Lauren Postigo. El productor de cine Luis Sanz (descubridor de Rocío Dúrcal) quiso hacer de ella una estrella; no lo consiguió. Y la sevillana, tras demostrar que la copla no tiene secretos para su prodigiosa garganta, se ha decantado en los últimos tiempos por la balada, que le es más rentable (recuérdese su paso por el último Festival de Eurovisión). Diana Navarro, que en los años 90 encandilaba a sus paisanos con su arte flamenco, destacándose como gran saetera, apareció en el nuevo siglo como la más dotada a ocupar el trono de reina de la copla, todavía en manos de Isabel Pantoja, dígase lo que se diga. Diana también viene coqueteando con otros géneros, teniendo una voz tan flamencona, como la balada y hasta recientemente la zarzuela. Más o menos es lo que con anterioridad hizo la madrileña de raíces malagueñas y residente en tierras gaditanas Pasión Vega, que demostró hace ya tres lustros poseer una voz privilegiada. Encontró en la copla el género que la catapultó a la popularidad. Presiones de quienes dirigen su carrera la llevaron luego por otros derroteros, incluyendo los tangos argentinos de Carlos Gardel y Santos Discépolo. Así que encontrar a ese trío reunido en este nuevo Azabache es motivo de satisfacción para quienes somos defensores de la copla de siempre, bien interpretada, y no como hacen otros aprendices del género.

Al terceto femenino se une en esa gira el sevillano de Dos Hermanas Manuel Lombo, que empezó como artista infantil, aprendió flamenco a la vera de Naranjito de Triana y se ha curtido en viajes por medio mundo en compañías de arte español. Tiene cuatro discos grabados y es uno de los cancioneros aflamencados de mayor crédito en la actualidad.

Como remate, les contaré que a finales de enero traté de hallar un par de localidades para una de estas dos galas del Teatro Real. Imposible: el aforo estaba vendido, con mes y medio de antelación. Y, atención a los precios (como corresponde al lugar y al cartel): butacas y entradas de palco, a ciento treinta euros cada una. Veintiuna mil quinientas pesetas de antes. Y las más baratas, a cincuenta euros. Y eso en los tiempos que vivimos. ¡Afortunados los que las hayan pagado! Imaginamos que en otras plazas, dado que el espectáculo se supone popular, será algo más asequible para espectadores de la copla menos pudientes.

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