Si alguien pensaba que la embarazadísima Kim Kardashian aprovecharía su estado para rebajar su nivel de "fashionismo", desde luego estaba equivocado.
La celebrity estadounidense, estrella del reality de MTV Keeping up with the Kardashians, se ha sometido a un doloroso tratamiento de belleza facial con sus propias plaquetas, es decir, untándose e inyectándose su propia sangre, una sesión que resulta de lo más dolorosa, a tenor de los pinchazos en su propia cara y el gesto de dolor de Kardashian.
Según un amigo de Kardashian, de 32 años, "el doctor le sacó sangre a Kim del brazo y separó las plaquetas del resto. Entonces, le frotó la cara con sangre y después, le pinchó con un montón de agujas pequeñas en la piel, dejando que entraran las plaquetas. ¡Fue asqueroso!".
La novia del rapero Kanye West, con quien espera su primer hijo, acaba de mudarse a una enorme mansión en Bel Air que sin duda tiene el espacio necesario para acoger a su inminente vástago.
Nada de ello, sin embargo, le impide salir en una de sus habituales juergas. La celebridad publicó una foto en su cuenta de Instagram, donde se le ve junto a sus hermanas en una de sus acostumbradas salidas nocturnas... una prueba de que, a pesar de su estado, Kim no perdona una fiesta. Y eso que apenas unas horas antes, en un vuelo de regreso de París, se sintió indispuesta en pleno avión.