La semana pasada, Beyoncé y su marido, Jay-Z, viajaron a La Habana para celebrar su quinto aniversario, un viaje que está trayendo una gran polémica para el Gobierno de Barack Obama.
Y es que su Ejecutivo aprobó el pasado año una nueva flexibilización de las normas sobre los viajes a Cuba desde Estados Unidos para algunos grupos como estudiantes, académicos, periodistas o miembros de organizaciones religiosas con el objetivo de aumentar los contactos "entre los pueblos" y apoyar a la sociedad civil cubana. La medida ha facilitado los viajes de intercambio de los llamados grupos "pueblo a pueblo" entre ambos países.
Pero dos congresistas republicanos, Mario Díaz-Balart y Ileana Ros-Lehtinen, han alertado de que el viaje de las dos celebridades podría estar violando la ley estadounidense. En una carta dirigida a la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro (OFAC, por sus siglas en inglés), que controla el cumplimiento de las sanciones comerciales y financieras con otros países. En ella, solicitan información sobre "el tipo de licencia que recibieron Beyoncé y Jay-Z y con qué propósito y quién aprobó la realización de dicho viaje" dado que la OFAC sólo contempla la posibilidad de viaje para estadounidenses si se trata de actividades de intercambio.
Pero la Casa Blanca ha evitado entrar en polémicas -al menos públicamente- con la cantante y su marido, dos de los apoyos más sólidos del mundo del espectáculo con los que cuenta Barack Obama. Según informa The Hill, la primera reacción oficial del gobierno estadounidense ha llegado por boca del secretario de prensa Jay Carney, quien echó balones fuera: "No es un asunto de la Casa Blanca. Es un asunto del Tesoro. Le remito a él", trató de zanjar. Según la publicación, tampoco la OFAC ha querido responder a las dudas legales que suscita este viaje.
La pregunta clave es con qué tipo de licencia se autorizó el viaje de Beyoncé y Jay Z por parte del Gobierno. Según Reuters, se trataba de un "viaje cultural", licencia inexistente en la OFAC. Lo más parecido sería la licencia de "pueblo a pueblo", pero para ello el viaje debería cumplir con ciertas condiciones, como estar concebido para realizar actividades culturales con los cubanos, a tiempo completo.
"La prensa (cubana) describe el viaje de la pareja de turismo, y el régimen de los Castro lo promociona como tal en su propaganda", asegura Ros-Lehtinen en la misiva.