Prácticamente a la misma hora a la que comienza la Crónica Rosa en Es la Mañana de Federico, la Sección Segunda de la Audiencia de Málaga dará a conocer la sentencia del juicio por blanqueo de capitales que decidirá el futuro de media docena de personas, entre ellas Julián Muñoz y su exmujer Maite Zaldívar, y la cantante Isabel Pantoja. La lectura se hará de forma pública ante las partes (normalmente no se realiza ninguna convocatoria para anunciar el fallo, que se envía directamente a procuradores y abogados) y por poco no se hace ante las cámaras; de hecho resulta extraño que no coincida con los telediarios de las tres de la tarde.
Sobre Isabel Pantoja pesa una acusación de delito continuado de blanqueo que podría costarle tres años de prisión y una multa de 3.680.000 euros, aunque los rumores apuntan a que el fallo no será tan malo para la cantante. Según Beatriz Cortázar en ABC, a sus íntimos les dice que “a ella ya la condenaron hace más de siete años”, y que “esto no hay quien lo aguante”. Mientras, Julián Muñoz se ha apropiado de la táctica de Pantoja cuando se comparó con la infanta Cristina. El exalcalde de Marbella denuncia desigualdad en el trato: ha dicho que si a “Bárcenas y a Urdangarín les hubieran aplicado la misma doctrina que a él, ambos habrían ido a la cárcel”. Y que a él no le han encontrado cuenta alguna en Suiza.
La verdad es que Julián Muñoz sonreír no sonríe, a diferencia de Iñaki Urdangarín y su señora, que se han dejado ver por primera vez juntos en mucho tiempo para despejar cualquier duda sobre su posible distanciamiento. Ha sido durante un partido de balonmano de sus hijos, y en esta ocasión han sido ellos los que han copiado a la Pantoja y su ya famoso “dientes, dientes”. Razones no les faltan para reírse: el Fiscal General del Estado ha dicho que no ve motivos para quitarles el pasaporte en caso de querer trasladarse a Qatar (ha mencionado sólo al duque, pero en breve deberá tomar alguna decisión sobre la infanta, si ésta, también imputada, decide acompañar a su marido al emirato).
Y quien se marcha a Miami, aunque solo de visita, es Carmen Martínez Bordiú, que ha decidió coger un vuelo a la ciudad americana el mismo día que su ya exmarido, José Campos, luce músculos en la revista Sálvame. La nietísima viaja acompañada de su madre, Carmen Franco, y no de Luis Miguel Rodríguez, con quien hasta hace nada se la relacionaba sentimentalmente.