El single de mayor éxito en la historia de Australia, el debido a Gotye y titulado Somebody that I used to know, ha resultado mucho menos rentable para su autor de lo que podría pensarse.
Wally DeBacker, verdadero nombre de Gotye, reconoció que su canción se originó a partir de unas notas de guitarra de Seville, un sampleado tomado de un tema del fallecido músico brasileño Luiz Bonfà y publicado hace ya décadas, nada menos que en 1967.
Como consecuencia del trato derivado de ello, Bonfa y Gotye figuran como coautores en igualdad de condiciones según APRA (Australasian Performing Right Association), lo que deriva en la división de los beneficios de la canción, que ha generado millones. Por su lado, es previsible que la solista Kimbra, que también canta en la misma, también se lleve un porcentaje de esos royalties.
Tras la división de los beneficios fruto del acuerdo, en el caso de los herederos de Bonfa, la cifra percibida asciende a un millón de dólares… que siguen y seguirán sumando.
Gotye, que naturalmente no sabía que su canción, todavía hoy presente en muchas listas de éxitos, iba a alcanzar tal nivel de éxito, accedió a dividir los royalties con sus herederos en una proporción 55/45 tras algunas acusaciones y una polémica, que el artista belga-australiano se apresuró a negar.
El artista se inspiró en las frases de ese sample para las primeras líneas de Somebody that I used to know. Gotye, según reconoció él mismo, se inspiró en dicho tema, pero se trata de un "sencillo y simpático homenaje" al principio de un estribillo que no pertenece a Bonfà, sino que fue escrito por el propio autor.
A punto de cumplir un año en el top 50 de singles en Australia (ahora está en el puesto 43), la canción ha sido número uno en 24 países, ocupado el puesto de cabeza en la lista Billboard durante tres semanas, y ha reportado a Gotye y la cantante Kimbra, que colabora con él en el single, los Grammy al mejor disco del año y mejor dúo pop.
El reparto de beneficios al que llegó Gotye con los depositarios del músico brasileño, logrado antes del descomunal éxito de Somebody I used to know, y sobre todo la práctica del sampleado, es sin embargo habitual en el negocio musical, aunque lo normal es un pago único por los derechos y no un reparto de los royalties. No obstante, esta vez ha originado un reparto de beneficios que se debe antojar como escaso a su autor. Sobre todo, teniendo en cuenta que el coautor lleva diez años muerto.