Rania, la Reina de Jordania, fue vista en Nueva York hace unos días con un aspecto mucho más rejuvenecido. Sin arrugas, con las cejas más finas, y algún que otro retoque en la nariz y en los labios, ha hecho que cueste reconocerla por la calle. La reina, eso sí, aprovechó ese nuevo aspecto para pasear de manera discreta por la Gran Manzana, todo ello sin ser reconocida... salvo por los objetivos de los fotógrafos.
Hacía ya mucho que no se veía a la Reina de Jordania, ya que decidió relegarse en un discreto segundo plano tras las severas críticas a su estilo de vida en relación a la situación mucho más precaria de sus habitantes. También, han sido muy pocos los actos públicos en los que se le ha visto en los últimos meses. Decidió alejarse del ojo público tras la Primavera Árabe, en el que varios países cercanos a Jordania cambiaron de gobernantes, por la lucha de sus pueblos.
Las críticas hacía Rania habían aumentado considerablemente, sobre todo por su gusto al lujo. Vestir con las mejores marcas internacionales y sus caros viajes en yate no eran vistos con buenos ojos. Es considerada la mujer más glamourosa de Jordania y una de las más guapas del mundo, pero esto no ha sido suficiente para no estar en boca de todo el mundo.