Comienzan a escucharse las primeras opiniones sobre el "Caso Di Stefano". Hasta ahora no habíamos oído a ningún conocido del presidente honorífico del Real Madrid, quizá porque, según algunos medios, sus hijos no le dejan ni hablar por teléfono. Por eso sorprenden las declaraciones del exmadridista Iván Helguera, que ha defendido a Gina González: "Lleva muchos años cuidando de él (…) Hace poco he estado con Di Stéfano y le veo cabal y muy bien. Es mayorcito para hacer lo que quiera", ha declarado el deportista. Según Beatriz Cortázar, en los últimos días el astro del fútbol ha sufrido un importante bajón físico.
Kiko Rivera asegura que ve a su hijo a diario. El DJ de moda ha vuelto a utilizar Twitter para decir que los periodistas mienten, y que ve a sus hijos todos los días y se lleva "de lujo" con su madre, Jessica Bueno. Lo que no explica es si es cierta la información de Raquel Bollo, que asegura que el hijo de Pantoja ofreció a Jessica 400 euros mensuales para los gastos del bebé, o cómo hace para ver al pequeño Francisco cuando está haciendo bolos por España.
Carmen Martínez Bordiú presenta a su novio en sociedad. Porque llevarle a los toros, en Las Ventas, es toda una puesta de largo. La pareja se dejó fotografiar en el tendido durante la faena de Talavante, a plena luz del día. El nuevo acompañante de la nietísima también conoce a su hija, y hace unas semanas compartió almuerzo con Fernández Tapias y su esposa. Luis Miguel Rodríguez, el propietario de Desguaces La Torre, con el que Carmen sale ya desde hace meses, todavía no ha comunicado si se separa de su todavía esposa, copropietaria de su negocio.
La Familia Real no acudirá a la boda de Magdalena de Suecia. La Casa del Rey ha confirmado que no va a enviar a ningún representante español al enlace, ya que se trata de una boda "de rango menor". Ella no es heredera, y su novio no pertenece a ninguna dinastía europea. Eso no significa que haya mala relación con la monarquía sueca, aunque otros miembros de casas reales europeas sí vayan a acudir. Pero sí se interpreta como un nuevo gesto de la Casa del Rey en su política de dar imagen de austeridad.