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Tercera boda

Adriana Abascal: "Por fin me caso por amor"

La modelo Adriana Abascal concede una entrevista a la revista Grazia. En ella ha mantenido una conversación muy confidencial

La modelo Adriana Abascal concede una entrevista a la revista Grazia. En ella ha mantenido una conversación muy confidencial
Adriana Abascal | Cordon Press

Adriana Abascal está a punto de casarse con su novio, Emmanuel Schreder. Por eso, ha concedido en exclusiva una entrevista a su buen amigo Luis Galliussi, para la revista Grazia. Su actual novio ha conseguido que la modelo vuelva a creer en el amor. Nació en Veracruz y ganó el certamen Señorita México en 1988. También, se presentó a Miss Universo representando a su país y en este caso quedó en cuarto lugar. Con tan solo 19 años empezó con Emilio Azcárraga, el que era el dueño de Televisa. No contrajeron matrimonio, pero estuvieron juntos siete años, hasta que él falleció. Con el tiempo, se casó por lo civil con Juan Villalonga, entonces presidente de Telefónica, relación que no salió bien. Con él tuvo hasta tres hijos. Después, han pasado por su vida otras personas, que ya no le importan. Solo piensa en Emmanuel y en lo feliz que es con él.

La actriz mejicana, Adriana asegura que "con ser guapa no basta" para encontrar a una persona, porque los hombres inteligentes "no se quedan solo con las más guapas". El reportero no puede evitar preguntarle si solo le gustan los millonarios y ella explica que "eso es una cuestión irrelevante". "Si yo tuviera un puesto en el mercado, me casaría con el pescadero", confiesa Abascal. Pero, quiere dejar claro que para ella "Emmanuel aunque sea guapo, también sería su pescadero". Cuenta uno de sus grandes secretos. Reconoce que hasta este momento "nunca se había casado solo por amor". A medida que pasa el tiempo, está más convencida de que "está vez lo hace completamente enamorada de su pareja".

Reconoce que "no quiere depender de sus hijos", ni tampoco le gustaría que ellos lo hicieran de ella. Lo que importa es que estén bien cuidados, educados y que les quieran. Pero, quieren que crezcan, que aprendan a "desprenderse". Puede estar un día sin ver a sus hijos. Sin embargo, confiesa entre risas que no es capaz de pasar "una noche" sin Emmanuel. Dice que no le importa nada lo que diga la gente de ella.Entre carcajadas habla sobre sus numerosas operaciones estéticas. Se pregunta "cuál es la diferencia entre operarse el pecho o los ojos para ver bien". Para Adriana Abascal, lo único importante es sentirse bien con uno mismo, pero no cree que sea diferente el depilarse, maquillarse o ponerse lentillas para verse guapa, que el operarse para sentirse mejor. Entre risas y vitalidad, termina la entrevista confesando que "ha llorado en muchas ocasiones de tristeza". Y no puede evitar reconocer que "a una persona en particular" la borraría de su vida.

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