Este pasado fin de semana, cuando quedaban pocas horas para que naciera el hijo de Penélope Cruz y Javier Bardem, el actor volvió a dar ejemplo de su mal genio con la prensa nacional.
La pareja asistió el pasado día 20 al espectáculo El intérprete, de Asier Etxeandía, y después decidió ir a cenar al restaurante japonés del Hotel Room Oscar, en el centro de la capital. Allí, y tal y como publica Terra, al encontrase a los reporteros el actor espetó un "iros a la mierda hijos de puta" a la prensa apostada en el hotel, donde acudió con su esposa y la madre de ésta, Encarna.
Como es habitual durante su estancia en España, el grupo viajó en todo momento en una furgoneta que les dejó en la puerta de mercancías de la manera más anónima posible, tal es la alergia que los Bardem sienten hacia la prensa del país.
La desafortunada dedicatoria del actor, además, ni siquiera tuvo lugar el martes, día del parto de Penélope y en un posible momento de nervios para Bardem, sino en una noche en la que el estado de buena esperanza de ella -entonces a punto de dar a la luz- no contribuyó en nada a mejorar el gesto malhumorado de Bardem.
Apenas unas horas antes y en pleno espectáculo, Asier Etxeandía puso a bailar a Penélope Cruz, entonces a punto de dar a luz a su segundo hijo, como al resto de personas que abarrotaban el madrileño Circo Price para verle en su espectáculo El intérprete.
Penélope Cruz bailó temas de Janis Joplin, Madonna y Camilo Sexto, cantó a Chavela Vargas, Bowie y los Rolling, y no paró de fotografiar a su marido, Javier Bardem, cuando, ya casi al final del espectáculo, se ha subido al escenario del Price para tocar la percusión al ritmo de Michael Jackson.
Pero uno de los momentos estelares de la noche fue cuando Bardem, el también actor Hugo Silva, el bailarín y coreógrafo Chevi Muraday y Asier Etxeandía se marcaron juntos un baile como si de discípulos de Jackson se trataran.
Desde la pista del Price, Penélope Cruz y un Pedro Almodóvar -que les acompañaba en la mesa- siguiendo el ritmo de pie y con las palmas en muchos momentos del espectáculo, grabaron con sus móviles tan insólito cuarteto de baile. Entre el público se encontraban también una desmelenada Aitana Sánchez-Gijón, que no paró de bailar en toda la noche, y unas muy animadas Maribel Verdú y Cayetana Guillén Cuervo.
Alaska subió al escenario, enfundada en un ajustado vestido de lentejuelas azul noche, para cantar a dúo con Asier Etxeandía algunos de sus éxitos.