Doña Sofía terminaba su agenda oficial el pasado martes y enseguida viajó a Palma de Mallorca, convirtíendose en la primera de la Familia Real en llegar al destino vacacional habitual en temporada estival. No así el Rey, que continúa enfrascado en su agenda oficial y con su rehabilitación desde Madrid. La Reina desde allí se enteró del trágico accidente ferroviario y emprendió camino a Santiago de Compostela. Ambos, nada más conocer la noticia, viajaron hasta el lugar de los hechos, para estar con los familiares y afectados.
Tras la visita a Galicia, Sofía regresó a Mallorca, y a ella se sumó la infanta Elena el domingo con sus dos hijos. A pesar de todo las especulaciones que ha habido en torno a las vacaciones de la infanta Cristina, ella también se encuentra ya en la isla disfrutando de sus vacaciones con la familia, aunque esta vez sin su marido, el imputado en el caso Nóos Iñaki Urdangarín. Sofía ha logrado ser el pegamento que reúna -relativamente- las piezas dispersas de la familia, que este año ha vivido su año más tempestuoso.
La Familia Real está de este modo casi reunida, habiendo reintegrado en su núcleo a la infanta que, pese a su alejamiento de los actos oficiales por el escándalo Nóos, nunca se ha llegado a distanciar del núcleo duro de la familia. Cristina de Borbón ha sido fotografiada este año en varias ocasiones, y sus vacaciones de hecho han ocupado un lugar destacado en la prensa rosa, ya sea por posibles destinos, su bajo estado de forma como por el relax que exhibía en otras imágenes, tomando el sol en Menorca completamente ajena a escándalos judiciales.
Sólo falta la llegada del monarca y los príncipes, cuya agenda vacacional es todavía un misterio, y que sin duda son los más reticentes a dejarse fotografiar con la infanta.
Desde Mallorca la Reina, sus hijas y sus nietos, están viviendo de cerca cómo evoluciona el peor fuego forestal registrado en décadas en la isla que ha obligado a desalojar a 700 residentes ante la amenaza de las llamas y la humareda.
Sin dejar de estar pendientes de la catástrofe, también han tenido tiempo para el ocio. Así, los niños han podido tomar clases de vela, como lo hacen habitualmente, convirtiéndose en los grandes protagonistas de las vacaciones de la Familia Real.
Las infantas Elena y Cristina han acompañado a sus hijos al inicio de las clases. En un primer momento, la pequeña Irene se mostraba un poco reticente a la idea de aventurarse en el mar, sin embargo acabó disfrutando de la actividad junto a sus hermanos y sus primos.