La actriz y modelo Kelly LeBrock fue uno de los grandes iconos de los ochenta. La protagonista de las exitosas comedias La mujer de rojo y La mujer explosiva estaba destinada a ser una de las grandes estrellas de Hollywood, a lo que se sumaba su matrimonio con Steven Seagal, que entonces también estaba en la cima de su popularidad.
No obstante, las cosas se torcieron tanto en lo profesional como en lo personal. Diversos problemas en su matrimonio, incluyendo turbias acusaciones de maltrato, provocaron que LeBrock decidiera desaparecer del panorama. La exmodelo dejó Beverly Hills y se recluyó -allá por 1997- en un rancho en Santa Bárbara con sus hijos y rodeada de animales. Ahora, cuenta Hola, tiene 53 años y está a punto de publicar sus memorias, donde contará todos los detalles de su traumático matrimonio.
"Lo admito, me volví una ermitaña", asegura Kelly LeBrock, que asegura que el divorcio fue "horrible" y provocó que pusiese pies en polvorosa en busca de algo más "auténtico" para sus hijos. Seagal llegó a hacerla renunciar a su carrera profesional para obligarla a permanecer en casa. "Perdí totalmente la autoestima. Me odiaba a mí misma. Decidí cambiar mi anterior vida por una nueva en el campo".
Este salto de estrella de cine a granjera en una propiedad apartada de todo le permite ahora pasar tardes cabalgando a caballo, disfrutando de lo que le ofrece la naturaleza. "A veces duermo tres noches seguidas a la interperie, sin tienda, bajo las estrellas", comenta a la revista. "Cultivo mis verduras y hago mis propios queso y yogur. Tengo almacenados 340.200 litros de agua y puedo vivir cómodamente. Labrar la tierra a tiempo completo me mantiene tan en forma que no he hecho ejercicio en siete años".
Pese todo y a haberle cogido el gusto al campo, LeBrock está ahora, casi dos décadas después, más que dispuesta a volver a actuar.Tal y como dice en Hola, quiere dar una lección a las starlettes actuales y enseñarles "en qué consiste ser una sex-symbol".