La Familia Real holandesa afronta un año de cambio. No sólo por la abdicación de la reina Beatriz, sino por una verdadera revolución legislativa llamada a eliminar lagunas jurídicas que afecten la estabilidad futura de la Corona.
Una situación que, tal y como observa el diario El Mundo, contrasta con la manera de manejar la tormenta de escándalos de la Casa Real española, así como la debilidad y maltrecha imagen de Juan Carlos, que acaba de ser dado de alta en el hospital tras su enésima operación.
En lo referido a Holanda, el Gobierno holandés ha decidido que Máxima, actual reina consorte, se convierta en reina regente en el caso de que su esposo, el rey Guillermo, falleciera antes de diciembre de 2021. Una fecha que no está elegida al azar, ya que será cuando la princesa Amalia, su hija mayor y heredera, cumplirá la mayoría de edad y estaría lista para gobernar.
Esta nueva legislación no ha generado polémica alguna en Holanda, y no ha hecho sino reforzar la extraordinaria imagen de Máxima, ahora mismo la integrante de la Familia Real más querida por los holandeses y un verdadero icono de estilo.
Además, informa el diario, se ha acordado designar al hermano del rey, el príncipe Constantino, como el regente temporal y tutor de la heredera si los dos miembros del matrimonio falleciesen, o quedan incapacitados de aquí a la mencionada fecha de cumplimiento de mayoría de edad.
¿Serían capaces el Gobierno y la Familia Real española de afrontar semejantes cambios con la misma naturalidad que Holanda?