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El caos de heredar un título nobiliario

Raquel Muguiro, "hija ilegítima" de Pedro Muguiro, conde de Casa Ayala, podrá heredar este título gracias a la Audiencia Provincial de Badajoz.

Raquel Muguiro, "hija ilegítima" de Pedro Muguiro, conde de Casa Ayala, podrá heredar este título gracias a la Audiencia Provincial de Badajoz.
Alejandra, la nieta de Adolfo Suárez, a la izquierda | Archivo

Raquel Muguiro podrá ser algún día condesa de Casa Ayala, ya que así lo ha determinado una sentencia dictada por la Audiencia Provincial de Badajoz, que revoca otra anterior del Juzgado de Instrucción número 1 de la capital pacense, en la que se negaba la pretensión de la joven, que tiene veinte años y estudia Derecho.

Según informa ABC, la Audiencia señala que no tiene sentido hacer distinción entre hijos legítimos e ilegítimos. Es más, apunta que la expresión "hijos ilegítimos" es, además de "anacrónica e ilegal", de dudosa moralidad. El pleito tiene su origen en la decisión del actual conde de Ayala, Pedro Muguiro, de ceder el título nobiliario a su hermano Alejandro. La cesión se hizo en una notaría en Cáceres en 2011 y el cambio de titular fue ratificado por el Rey y publicado en el BOE.

Sin embargo, esa cesión fue recurrida por Raquel, la única hija de Pedro Muguiro, nacida fuera del matrimonio, pero que consiguió ser inscrita como su hija después de plantear una demanda de paternidad en la que las pruebas de ADN demostraron que lo era. A partir de ese momento, Pedro Muguiro, que no tiene más hijos, decidió ceder el título a su hermano.

Raquel y su madre consideraron que la cesión era una maniobra del padre para evitar que a su muerte lo heredase ella. Así, pleitearon y el Juzgado que vio la demanda en primera instancia rechazó su pretensión porque la juez consideró que, por encima de la Constitución, está la carta de concesión del título nobiliario de conde de Casa Ayala.

Como no estaba de acuerdo con la sentencia, el abogado de Raquel Muguiro presentó recurso ante la Audiencia Provincial y, tres meses después, este tribunal ha revocado el fallo inicial.

El caso de Suárez

Tal y como se recordó en la crónica rosa, en 1981 se le concedió a Adolfo Suárez el título de duque por su labor presidencial tras el fracaso del golpe de Estado de Tejero, con carácter perpetuo hacia él y sus herederos. Con la llegada de José Luis Rodríguez Zapatero al poder, la ley cambió -era el año 2006- y se igualaron los derechos de las mujeres en el rango de preferencia para la sucesión de los títulos nobiliarios. Una modificación que dejaba al hijo mayor de Suárez sin título nobiliario, que recaería de manera legítima en la sobrina de éste, Alejandra Romero, hija de la primogénita Maria Amparo Suárez (Mariam), fallecida de cáncer en 2004.

Comenzó así la lucha del hijo mayor para recuperar el título nobiliario, en un evidente desacuerdo que ha traspasado el ámbito familiar y llegado incluso a las esferas políticas. En una carta escrita en 2009, llegó a invocar las Leyes de Toro para pedir al Rey que le permitiera retener el título, y que éste no pasase a la sobrina. Las citadas leyes, emitidas en 1505, concedían la facultad de nombrar al primer sucesor, lo que según su versión habría permitido a su padre ya enfermo cederle el título. Suárez Illiana consideraba que el alzheimer que padecía su padre le impedía conocer los efectos de la modificación legal de Zapatero, que modificaba el destino del título nobiliario.

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