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Un Toisón de oro rebelde pone en apuros al Rey

El Rey se ha "peleado" durante dos minutos con la solapa del traje del premiado con el Toisón de Oro.

Durante dos minutos que han parecido eternos, el Rey ha tenido que pelear con el ojal cerrado de la solapa del traje del exsecretario general iberoamericano, Enrique Iglesias, a la hora de imponerle la insignia de caballero de la Orden del Toisón de Oro, en una ceremonia celebrada hoy en el Palacio Real.

"No puedo; te voy a tener aquí toda la mañana", le ha dicho el Monarca a Iglesias cuando intentaba infructuosamente colocarle la insignia, ante la mirada de la Reina y mientras el nuevo caballero sujetaba en sus manos un cojín donde estaba depositado el collar de la orden.

Don Juan Carlos, que no ha cejado en su empeño, ha llegado a sugerir "a ver si traen unas tijeras" durante un divertido episodio que no se ha resuelto hasta que las puntadas del ojal se han soltado y, con ayuda del propio Enrique Iglesias, la insignia, de la que cuelga el vellocino de oro, ha quedado prendida de su solapa.

La anécdota ha tenido lugar en el Salón de Columnas del Palacio Real, donde se han congregado los Reyes, los Príncipes de Asturias, la infanta Elena, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, el presidente del Tribunal Constitucional, Francisco Pérez de los Cobos, y cuatro ministros, así como el comisario europeo Joaquín Almunia, y el presidente de Asturias, Javier Fernández.

También el expresidente del Gobierno Felipe González, y el director del Instituto Cervantes, Víctor García de la Concha, con su propio Toisón en la solapa, al igual que el Rey y don Felipe, seguían atentamente los esfuerzos de don Juan Carlos.

El Monarca ha pedido ayuda a la Reina, tras dos intentos en vano y después de un ayudante recogiera el cojín que sujetaba Iglesias para facilitar en lo posible la operación.

Un objeto que también ha contribuido a la anécdota, porque al ver que don Juan Carlos no lograba su propósito, y mientras los fotógrafos no paraban de captar imágenes del momento, el jefe de la Casa del Rey, Rafael Spottorno, se ha dirigido a un responsable de protocolo para sugerir que Iglesias se pusiera el collar y renunciara a la insignia.

"Es que está cosido al cojín", ha lamentado el colaborador, de manera que la única salida era seguir intentando abrir el ojal rebelde que no quería lucir el símbolo de la orden dinástica más importante del mundo.

Eso sí, al margen de la pequeña angustia que haya podido provocar lo ocurrido en algunos invitados, tanto el Rey, como la Reina -que ha llegado a mirar directamente a las cámaras sonriendo mientras ocurrían los hechos- y muchos de los presentes se lo han tomado con humor.

Todos han aplaudido con ganas cuando finalmente Enrique Iglesias ha logrado exhibir su insignia bien sujeta, y antes de fotografiarse con el Rey, el Príncipe de Asturias y De la Concha, caballeros todos de la Orden a la que el uruguayo acababa de incorporarse.

Al comenzar su discurso de agradecimiento por la distinción, el exsecretario general iberoamericano ha introducido una pequeña alusión: "Estas cosas cuestan, Majestad..."

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