Menú
Rosa Belmonte

El papo de Greta Garbo

Carmina y amén recupera la tradición de chistes sobre genitales.

Carmina y amén recupera la tradición de chistes sobre genitales.
Greta Garbo | Archivo

La más divertida escena de Carmina y amén tiene que ver con los genitales femeninos. Con lo que la estupenda Yolanda Ramos llama "chochos colgones" y cuya naturaleza explica a Carmina, que sigue muy atenta el tronchante parlamento sobre el pavo. Hace unos años, la gracia estaba en el ‘anal bleaching’, el blanqueamiento anal (sólo hay que ver La boda de mi mejor amiga). Una técnica que se puso de moda entre actores porno y strippers para pasar luego a la población civil. Como todo. Ahora vamos a por los labios. Parece un tema recurrente. Al comenzar Supervivientes, fue Anabel Pantoja, vista y no vista, la que sacó el tema. Aunque estuvo poco tiempo en la isla (en las islas), sí tuvo el suficiente para hablar de paquetes. Ella decía tener, pero ya no. Como había engordado tanto, lo había hecho por todos lados. Un anillo gástrico la había ayudado a perder 30 kilos. Y como además de adelgazar, se levantó el pecho, se atrevió a salir en ‘Interviú’. Lo otro no se veía.

De lo otro nos enteramos en el reality de Telecinco. Lo suyo era una prominencia a la que sus amigos llamaban "el monte Gurugú" (entiendo que se referían al del Parque María Luisa de Sevilla, no al marroquí). La sobrinísima cortó por lo bajo, sometiéndose a cirugía. A una lipoescultura del pubis. También es posible hacerse un estrechamiento vaginal o una reconstrucción del himen. Te puedes reducir los labios. Menores y mayores. Labioplastia reductora o nifectomía. Hoy las ciencias adelantan que una barbaridad, como cantarían en el cuadro primero de ‘La verbena de paloma’. Y siento que a la pobre Greta Garbo no le tocaran esos adelantos. Aunque habiéndolos, tampoco es que todo el mundo se someta a ellos.

Greta Garbo tenía un buen pavo. En ‘Do I Owe You Something’, Michael Mewshaw relata su vida (literaria) con algunos de los más importantes escritores del siglo XX. A Gore Vidal lo conoció en Italia en los años 70 y cuenta lo que le dijo en una cena: "Cuando he salido de la ducha esta mañana me he mirado al espejo y me he dado cuenta de que mi pene está creciendo hacia dentro". Alguien le preguntó si no sería que al ganar peso su pene le parecía más pequeño. "No, se está retirando", le contestó. Y para reafirmarse, Gore Vidal siguió contando que una vez habló de eso con Cecil Beaton, que le había hecho una observación similar cuando tenía su misma edad. Beaton hablaba de ello con Vidal y con Greta Garbo. "¿Te has dado cuenta de que conforme te haces viejo tus órganos sexuales se hacen más pequeños?, preguntaba el fotógrafo a la actriz. Y ella: “Ya me gustaría a mí tener ese problema". La Garbo debía de tener de mayor un papo (otra denominación) considerable. Es una historia de la que también tiró Truman Capote. Cecil Beaton y Greta Garbo discutiendo de sus genitales. Eso no había quién lo superara. Hasta que llegó Yolanda Ramos.

En Chic

    0
    comentarios