El rey don Juan Carlos ha concedido el título de marqués al cardiólogo Valentín Fuster, al científico Santiago Grisolía y al empresario David Álvarez, y el de condesa a la historiadora Carmen Iglesias.
Tal y como se recoge en el Boletín Oficial del Estado, el monarca quiere demostrar de esta forma su "Real aprecio" hacia la figura y trayectoria de estas cuatro personalidades.
Resulta curioso que en el caso de los investigadores Fuster y Grisolía, sus marquesados son "para sí y sus sucesores", mientras que en el caso del fundador del Grupo Eulen y dueño de Bodegas Vega Sicilia es vitalicio, quizás debido a la batalla judicial que mantiene con cinco de sus siete hijos.
Divorcio en el seno del Grupo Eulen
La guerra familiar se remonta a 2009 -cuando Elvira, Marta, Emilio, Juan Carlos y Pablo invitaron a su padre a dejar la gestión de la empresa- y se ha venido recrudeciendo en los últimos años, después de que Álvarez acusara a sus hijos díscolos de vaciar Vega Sicilia. Los vástagos de Álvarez decidieron vender sus acciones por 80 millones, tras descubrir que nunca controlarían Eulen. Será, previsiblemente, su hija María José la futura presidenta del grupo.
Quien sí se habrá alegrado por esta distinción es la familia Segrelles. Durante el divorcio entre Paloma Segrelles y Emilio Álvarez -las fotos de su infidelidad con otra mujer ocuparon las portadas de las revistas del corazón- madre e hija estrecharon lazos con David Álvarez, ya enfrentado con su hijo.
Carmen Iglesias, tutora de la infanta Cristina
El Rey ha querido reconocer también a Carmen Iglesias con el título de condesa de Gisbert por su trayectoria académica y docente. Fue la primera mujer en ingresar en la Academia de la Historia, es académica de la Lengua, dirigió el Centro de Estudios Políticos y Constitucionales y mantuvo una estrecha vinculación profesional con la Familia Real, ya que fue tutora de la infanta Cristina en la Universidad y más tarde impartió clases de Historia al príncipe Felipe.