El programa Sálvame a punto estuvo de jugar una mala pasada a Jesulín de Ubrique. El extorero, y ahora también actor, vuelve a la pequeña pantalla como jurado del talent-show taurino La suerte está echada, un espacio en el que 24 jóvenes novilleros lucharán por convertirse en la próxima figura del toreo. Jesús Janeiro estará acompañado en la toma de decisiones por la cantante y presentadora María del Monte y el periodista y crítico taurino Enrique Romero.
Durante la rueda de prensa de presentación junto a María del Monte, un reportero de Sálvame quiso tender una encerrona a Jesulín. El reportero pidió turno para formular su pregunta y ponerle el pinganillo para que hablase con Paz Padilla, oferta que éste declinó. En Sálvame, como es sabido, figura como tertuliana estrella su ex Belén Esteban, siempre en disputas con el extorero por el escaso tiempo que pasa con su hija Andreíta.
En pantalla, tal y como certificaron en la crónica rosa de Es la mañana, llamaban la atención "las caras de Belén". Jesulín, por el contrario, rechazó participar en la encerrona de manera "muy amable, sin perder la sonrisa". Belén, por su parte, aseguró que no buscaba bronca y que solo quería desearle suerte y agradecerle que Andreíta fuera finalmente a pasar sus vacaciones con él.
Alaska, presente en esRadio, comentó sobre la anécdota lo que hubiera significado si el Jesulín hubiera dicho sí, y que más que una bronca potencial entre ambos -parece que esa no era la intención- hubiera repercutido en la información dada a conocer por todos los demás medios. "No puedes interrumpir una rueda prensa para hacer tu programa. Si es Sálvame sabes que se va a generar algo que no tiene nada que ver con lo que estas haciendo, y que en este caso era presentar un programa para una cadena autonómica. Hizo bien en frenarlo".
Más hablador y tranquilo se mostró Jesulín cuando habló del nuevo programa. Antes que nada, por eso, quiso dar las gracias. "Agradecer y dar la enhorabuena a Canal Sur por apostar, una vez más, por la tauromaquia. Es un programa en el cual ahora mismo yo he estado en el lado opuesto y, claro, no sabría dónde ubicarme porque tengo que juzgar y valorar las condiciones de 24 chavales. En la percepción del toro no siempre dos por dos son cuatro. A lo mejor el primer expulsado llega a ser figura y los que siguen se quedan en el camino. Es un riesgo que tenemos que correr y que yo voy a correr encantado. Quiero tener las mismas responsabilidades que tienen ellos. Por el hecho de ser torero y haberme puesto ante el toro tener una perspectiva más clara".
"Me equivocaré y seré consciente de ello. Bajo mi criterio voy a valorar cosas importantísimas y cómo el chaval se desenvuelva y la disciplina. Creo que los toreros tienen que tener el valor justo y necesario para hacer delante de un toro, en diez minutos, lo que se crea conveniente. Para eso es muy importante la disciplina, una dedicación y un compromiso con la profesión y eso lo voy a valorar mucho, independientemente de que el chaval esté peor o mejor delante del animal".