Todo apunta a que ha habido un leve acercamiento entre Tita Cervera y Borja, porque después de tantos años de lucha al final se han visto para comenzar a hablar y ver cómo solucionan todos los frentes que tienen abiertos. Según me comentan, el encuentro tuvo lugar en San Feliú, donde la baronesa tiene una magnifica casa.
Madre e hijo tienen demasiados asuntos que solucionar y están condenados a arreglarlos. Ni que decir tiene que no va a ser tarea fácil pero, al menos, han roto el hielo y las dos partes tendrán que llegar a un entendimiento, ya que a ninguno de los dos les interesa estar como hasta ahora.
Por el momento, Borja, como era de esperar, se ha mantenido más cauto y ha declinado hasta hacer cualquier tipo de declaración. La misma postura ha adoptado Blanca, su esposa. Por el contrario, la señora Thyssen ya se ha apresurado a sonreír y a decir que están felicísimos.
Nada que ver con la realidad, ya que lograr una relación medianamente civilizada no va a ser tarea fácil. No hay que olvidar que Borja, a día de hoy, ha ganado a su madre todas las demandas presentadas y, lógicamente, tendrán que llegar a acuerdos para retirar las que tienen pendientes.
De momento se han visto, han hablado y, todavía está por ver, si la abuela será invitada este verano a la nueva casa que el matrimonio ha comparado en Ibiza, para así poder disfrutar de sus nietos, ya que por las dichosas peleas, Carmen se ha perdido el poder disfrutar de sus nietos. Tampoco hay que olvidar que Borja y sus hermanas prácticamente ni se conocen, por lo que ahora sería el momento perfecto para que ese hecho se produzca.
La baronesa podría dejar que salieran, porque ver a esas niñas es imposible. Parece que las tiene escondidas y ver a su hermano mayor y a los hijos de éste sería lo más lógico.