Karina fue la invitada de excepción de la última edición de Es la mañana de Federico. La cantante recordó en el espacio dirigido por Federico Jiménez Losantos en esRadio sus primeros años en el mundo de la canción, y también presentó su libro de memorias El baúl de mis recuerdos, que se acaba de editar.
Tal y como aseguró en los micrófonos de esRadio, Karina llegó a Madrid desde Jaén a los "catorce añitos, y con quince me puse a trabajar en unos grandes almacenes". No tardó, sin embargo, en saltar al mundo de la canción, primero participando en "concursos de radio, y de ahí a un jingle publicitario y a un contrato discográfico". El jingle, recordó, fue la popular canción del bikini amarillo.
Karina quiso manifestar el afecto que le tiene la gente y que todavía hoy le demuestran. Aunque hay gente que se olvida, "de pronto vuelve a acordarse", y por eso sigue todavía en el recuerdo. Si eso ocurre, tal y como aseguró Jiménez Losantos, es porque "forma parte de la historia de España".
La jienense -"como Raphael"- presenta ahora un libro que es un "broche de oro" a su carrera, junto a una gira que le llevará a recorrer teatros de España con "músicos maravillosos", y que la llevará próximamente al Palau de Valencia, o el 7 de diciembre a Murcia, entre otras citas. "La respuesta ha sido muy buena, va a ser un cierre muy bonito: el año que viene ya tenemos compromisos y todavía podemos llegar a más", manifestó ilusionada.
Karina recordó también en esRadio su movida vida sentimental, que no ha dejado heridas en ninguna de las partes. "No veo a mis ex, pero me llevo bien con ellos: cada uno está en su vida y su ciudad, y yo inmersa en mis jaleíllos. Nada más allá de crear problemas, cuando peinas canas lo que quieres es vivir tranquila y dejar vivir". Como, por ejemplo, su romance con Tony Luz, uno de los pioneros del rock español, que se convirtió en su "marido y autor de muchas canciones como "El baúl de los reuerdos", "Tú y yo", "Regresarás", y otras muchas".
El repaso a su carrera también incluyó, naturalmente, Eurovisión, donde participó en 1971. Fue, de hecho, "el momento que le llenó más, ya desde que empezó Pasaporte Dublín". Karina, al igual que la gente que escuchó sus canciones, "no tiene ni una cosa mala asociada" a esa música. "A la gente le traen recuerdos inolvidables, es la banda sonora de muchas vidas. Es una gran responsabilidad, un momento muy dulce".