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La risueña responsabilidad de la princesa Leonor

Leonor cumple 9 años este 31 de octubre y lo hace mostrando el carácter risueño de una niña, pero también haciendo frente a serias responsabilidades.

Leonor cumple 9 años este 31 de octubre y lo hace mostrando el carácter risueño de una niña, pero también haciendo frente a serias responsabilidades.
Vida de una princesa

Leonor de Borbón cumple este viernes nueve años, y aunque sigue siendo la niña despierta y sonriente que cumplió ocho hace doce meses, la celebración se produce en unas condiciones bien distintas a la que tuvo lugar entonces. La abdicación de su abuelo, el pasado 2 de junio, convirtió a la infanta en trigésimo sexta princesa de Asturias, una princesa de actitud regia pero de tan solo ocho años.

Un ascenso a la primera línea de la Familia Real que, no por esperado, resultó sorprendente. Y uno en el que, de todas formas, nadie duda de sus aptitudes -y actitudes-. Ya antes de que se produjera la salida por la puerta de atrás de don Juan Carlos, Leonor sorprendió por su porte regio y buena disposición a la hora de acometer la ceremonia, en las bodas plata de la Academia General del Aire. Una celebración que se convirtió en su primer acto oficial y presagio de lo que iba a ocurrir después.

Porque Leonor, pese a las obligaciones del cargo, nunca ha cedido ante el peso de las mismas. Se trata de una niña alegre, vivaracha y muy despierta, cuya actitud sin embargo manifiesta perfectamente la educación regia que se le ha administrado. Y sin dejar de ser nunca una niña. La atenta mirada de su madre Letizia, tanto a ella como a su hermana pequeña Sofía, no hace sino reforzar la impresión de que nos encontramos ante una joven perfectamente educada y preparada para acometer las responsabilidades de la nueva era abierta en la Casa Real.

Conjuntada con su hermana y ambas vestidas de la firma asturiana Nanos, firma de moda infantil, Leonor acometió las ceremonias de abdicación y proclamación borbónicas con el carácter risueño que se espera de una niña de ocho años. Pero también haciendo gala de un comportamiento ejemplar. Compenetrada con la pequeña Sofía y compartiendo miradas de complicidad con su madre, la ya reina Letizia, Leonor se convirtió en la princesa de Asturias número 36, desde que en el año 1388 se crease dicho título.

Y se ganó de nuevo la simpatía de los españoles, que vieron en la niña el remedio para sanear la imagen de una institución maltrecha por los últimos escándalos de don Juan Carlos y, sobre todo, la infanta Cristina.

No se esperaba menos de la nueva generación de la Familia Real. Desde su nacimiento, Leonor ha sido educada en varios idiomas -su abuela Sofía le habla en inglés- y en todos los deberes que se esperan de un miembro destacado de Palacio. En el colegio, además, siempre ha destacado particularmente por su memoria. Aplicada y estudiosa, Leonor también gusta de practicar deporte, y acude a clases de ballet.

Se espera de Leonor que, como su padre Felipe, continúe sus estudios fuera de España. Ahora mismo estudia en el Colegio Santa María de los Rosales, el mismo al que asistió éste. Los estudios universitarios, sin embargo, probablemente los realice en España, como también su formación militar para acometer sus deberes como jefa suprema de las Fuerzas Armadas, y como capitán general de las mismas. Felipe llevó a cabo estos estudios militares en la Academia Militar de Zaragoza entre 1985 y 1988.

De acuerdo con la Constitución, Leonor de Borbón y Ortiz asume los títulos vinculados al sucesor en el trono, que son, además de princesa de Asturias, princesa de Gerona y de Viana, correspondientes a los primogénitos de los reinos de Castilla, Aragón y Navarra, cuya unión formó en el siglo XVI la Monarquía española. Será también duquesa de Montblanc, condesa de Cervera y señora de Balaguer. Sin duda, una jovencísima princesa de Asturias a la altura del cargo.

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