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Crónica Rosa

Andrés Amorós: "Manzanares tuvo una muerte triste, solo, en el campo"

Andrés Amorós y Beatriz Cortázar comentan la vida privada y el carácter de José María Manzanares.

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Andrés Amorós y Beatriz Cortázar comentan la vida privada y el carácter de José María Manzanares.
José María Manzanares | Efe

La crónica rosa de Es la mañana de Federico ha valorado con Beatriz Cortázar, Andrés Amorós y Carmen Jara los temas de la actualidad social, centrados esta vez en la inesperada muerte a los 61 años del torero José María Manzanares padre, una de las grandes figuras de la prensa del toreo y el corazón que siempre ha dado que hablar en uno u otro sentido.

Y lo ha hecho, tal y como se ha asegurado en esRadio, por sus romances confesados, los no confesados, por un matrimonio que -tal y como dijo Cortázar- "duró realmente más de lo que duró", y una dinastía de toreros de gran atractivo continuado por el hijo de Manzanares.

Manzanares respondía al estereotipo de torero español: "Le gustaba el flamenco, el vino y, sobre todo, las mujeres". Además, era un hombre simpático y abierto, capaz de adueñarse de todas las fiestas. "Carmina Ordóñez siempre decía, con su lenguaje habitual, que jamás hablaría de su amor prohibido", dice Cortázar. Un amor prohibido que era el fallecido diestro. "En el mundo del toro siempre se habló de que su matrimonio con Paquirri se rompió por su romance con Manzanares".

Pero Manzanares, casado con Resurrección Samper, no sólo ocupó un lugar destacado en el corazón de Carmina, sino también en el de la modelo Sofía Mazagatos en los años noventa. No es la única en su lista de conquistas: tal y como aseguró Cortázar, estuvo con "una periodista de Antena 3 y ABC, una muy guapa, joven y discreta". "Ahora estaba retirado de las crónicas mundanas, pero ha sido uno de los grandes". De hecho, Manzanares murió solo en su finca.

Pero en esta tesitura, ¿cómo se llevó Manzanares con su familia? "Con su hijo tuvo sus más y sus menos, por la parte familiar". El torero, por ejemplo, no fue a la boda de su hijo, con el que tuvo problemas que ahora estaban solucionados. De hecho, en el tanatorio estaba realmente destrozado, aseguró Cortázar. Su relación fue, no obstante, complicada y tumultuosa.

Andrés Amorós, colaborador de esRadio, señaló en este punto algunas de las posibles razones de esa relación irregular. "A su hijo lo cogieron unos empresarios de la plaza de Valencia y eso al padre no le gustaba, el hijo también estuvo a punto de perderse como torero y a punto de retirarse, porque no acababa de dar el paso adelante. Y eso el maestro lo veía. Se peleaban, se amistaban, una cosa complicada".

Amorós explicó también su punto de vista sobre la carrera de Manzanares, un torero con unas aptitudes excelentes pero en ocasiones perjudicado por cierta irregularidad, y que a su modo de ver tuvo una "muerte triste, solo en el campo". "Como persona era muy bohemio, como su padre, por decirlo suavemente. Llevó una vida muy a la antigua usanza". Según Amorós, "no ha habido dos toreros con más cualidades innatas desde su comienzo para ser genios. Uno era Manzanares y el otro Paco Camino".

Por eso, en opinión de Amorós, "llegaron a mucho pero pudieron llegar a muchísimo más. No le gustaba que lo dijera, pero es verdad. Lo tenía todo. Deslumbró porque dominaba el capote, la muleta, mataba como nadie cuando quería. ¿Qué le faltaba? Carácter, continuidad, seriedad, constancia, regularidad. Donde afectaba la parte personal, cómo no va a hacerlo".

En suma, Manzanares era un talento brillante, pero era "dejado" con su arte. "En ocasiones se dejaba ir una temporada, y cuando le hacía falta, volvía. Era irregular. Condiciones, todas, irregularidad, mucha". El torero muere joven y sobrevive apenas unos meses a su padre, muerto recientemente. Una muerte prematura y triste para un gran torero, y sobre todo, una gran personalidad.

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