La crónica rosa de Es la mañana de Federico ha contado con Beatriz Cortázar, Carlos Pérez Gimeno y Rosa Belmonte, todos ellos debatiendo sobre la actualidad del mundo del corazón. La muerte de la duquesa de Alba sigue coleando después de una semana, en base sobre todo a dos puntos: el funeral que se celebrará el próximo 15 de diciembre -una fecha cuya elección, dijo Cortázar, no es "nada casual"- y las posibles sorpresas de la herencia y el testamento, más que nada en torno a la figura de Alfonso Díez.
Beatriz Cortázar reincidió en un dato difundido esta semana en esRadio: después de que la representación de la Casa Real se limitase a la infanta Elena en la ceremonia de Sevilla, en la que tendrá lugar el lunes 15 de diciembre en Madrid estarán presentes los reyes eméritos Juan Carlos y Sofía. Felipe y Letizia, dijo la periodista, pudieron parecer un poco "cicateros" al mandar en representación a la infanta Elena, quien al fin y al cabo, ya no realiza estas labores en la agenda oficial.
"La familia directa de Cayetana dice que ellos para nada se han sentido mal, pero en esa lealtad -que nosotros la entendemos de otra manera- todo les parece bien", dijo Cortázar a los micrófonos de esRadio. "Entendieron que Sofía estaba en Grecia, Letizia en Roma, y que no iban a venir Felipe y Juan Carlos".
Lo que sí saben los Alba es que en la ceremonia en Madrid del lunes 15 de diciembre esta representación de la Casa Real será mucho más nutrida. "La fecha no es casual, y hay un 90% de posibilidades de que vayan ambos, Juan Carlos y Sofía. Por familia, relación, amistad, situaciones particulares... El rey Felipe y la reina Letizia podrían ir, pero es más lógico que vayan los eméritos".
Además, señaló Cortázar, extraoficialmente se sabe que Cayetana y la reina Letizia no se llevaban particularmente bien. Había "respeto", pero no una verdadera amistad, dijo en Es la mañana de Federico: "la anécdota viene de un acto en Sevilla en el que coincidieron ambas, siendo Letizia princesa de Asturias todavía, y entre ellas no hubo feeling". Esa es una de las causas, también, de por qué Letizia no "pegaría nada" en el acto conociendo estas historias.