La crónica rosa de Es la mañana de Federico ha contado con Beatriz Cortázar, Alaska y Carmen Jara, y entre otros asuntos del mundo del corazón han tratado de nuevo el testamento de la duquesa de Alba, y sobre todo si las cosas están tan atadas como parecía en la familia tras la muerte de Cayetana.
En el centro de todo se sitúa su marido Alfonso Díez, que se prevé podría ser marginado por los hijos de su mujer a pesar de que la herencia está -y estaba, desde antes del matrimonio- perfectamente acordada con sus descendientes. No obstante, Alfonso, debido precisamente a su abnegada dedicación a la duquesa durante sus últimos años de vida, podría estar reservándose un último as en la manga, servido precisamente por la ley.
Y es que el "testamento gruyère" de la duquesa -así lo definió el director de Es la mañana, Federico Jiménez Losantos-podría impugnarse sin demasiada dificultad, si el viudo decidiera que es hora de "sacar tajada" del asunto. Algo que tanto él como Cayetana probablemente supieran desde antes.
Muchos abogados están de acuerdo en ello. "Dicen que por mucho que hayan firmado es papel mojado, porque no puedes renunciar a unos derechos cuando todavía no los tienes", explicó Beatriz Cortázar en relación a los acuerdos firmados por Díez antes de casarse con la duquesa (y que se realizaron para que los hijos recibieran la parte que deseaban del extenso patrimonio de la duquesa).
"De momento está callado, en un homenaje a Cayetana, porque el funeral es el 15 de diciembre en Madrid". Pero -aseguró la periodista - " a partir de ahí"... todo podría pasar. La situación en el ducado de los Alba es que, en realidad, "todo el mundo está esperando" mientras los hijos y el propio Alfonso preparan el funeral. "Él está callado, aparentemente todos unidos... pero vamos a ver qué pasa cuando pase el funeral".
El pronóstico, con cierta certeza, "es que no va a ser un hombre guerrero hasta que se cumplan las voluntades que en vida había dicho Cayetana. Pero tal y como dijo Federico Jiménez Losantos, quién sabe qué pasará a partir de ese momento, en febrero o marzo... "o incluso enero", que es cuando el que fue duque de Alba tiene que salir de Palacio y desaparecer de la vida de sus hijos.