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Carlos Pérez Gimeno

Don Juan Carlos y doña Sofía presiden el funeral de la duquesa de Alba

La iglesia como era de esperar estaba abarrotada de gente, y todos los presentes esperaron a los Reyes.

La iglesia como era de esperar estaba abarrotada de gente, y todos los presentes esperaron a los Reyes.
Emoción y tristeza en el último funeral de Cayetana

Sus Majestades los reyes asistieron al funeral en memoria de la duquesa de Alba, tal y como estaba previsto. Horas antes de dar comienzo, los aledaños de la Iglesia de San Francisco el Grande ya estaban tomados por la prensa y curiosos, que no se quisieron perder la llegada de los asistentes.

El primero en llegar al templo fue Fernando Martínez de Irujo, marqués de San Vicente del Barco, sobre las 19:15 horas, cuando la hora fijada para que comenzara la misa era las 20:00 h. Pasados unos minutos sobre el horario previsto, hicieron su entrada don Juan Carlos y doña Sofía, que fueron recibidos a las puertas del templo por toda la familia Alba y por monseñor Amigo, que junto a nueve sacerdotes, entre ellos el padre Ángel, y el confesor de doña Cayetana, el padre Sánchez-Dalt, fueron los encargados de oficiar la ceremonia.

La iglesia, como era de esperar, estaba abarrotada de gente, y todos los presentes esperaron a los reyes, que hicieron su entrada bajo los acordes de la Marcha Real. Doña Sofía llevaba a la pequeña de la casa de Alba cogida de su mano. Eugenia, durante todo el acto, estuvo muy afectada, y no paró de llorar en ningún momento, al igual que la que fuera su cuñada, Matilde Solís, divorciada del duque de Huéscar, y futuro duque de Alba, que estuvo acompañada por sus dos hijos.

Todos recibieron el pésame de los asistentes al final de la ceremonia. El ministro García-Margallo fue uno de los primeros en llegar, así como Pío García–Escudero, Magdalena Álvarez, Soledad Becerril, Pilar del Castillo e Isabel Preysler (acompañada de su hija Tamara). Al término de la misa, doña Sofía mantuvo una palabras con la viuda de Miguel Boyer. Nati Abascal, espléndida como siempre vestida de negro -como todas las señoras- lució un magnifico collar de perlas.

En primera fila Ana de Francia, duquesa de Calabria, con su hija Cristina de Borbón Dos Sicilias, con su marido Pedro López–Quesada, duquesa de Maura, el duque de Aveiro, Marques de Llanzol, el marqués de Cubas con su hijo Álvaro, el marqués de Griñón, los condes de Isasi, la condesa de la Maza, Simoneta Gómez–Acebo, Ana Gamazo, Fernando Almansa, Raphael y Natalia Figueroa, María Rosa, Enrique Solís con Maleni Costa, la novia de Cayetano Martínez de Irujo... entre otros.

Hubo dos ausencias, la de Genoveva Casanova y la de María Eugenia Fernández de Castro, la primera divorciada de Cayetano y la segunda de Jacobo, que por cierto llegó acompañado de su segunda esposa, la periodista Inka Martí.

Al término de la ceremonia, pude dar el pésame a toda la familia, y en especial a Alfonso Diez, que estaba visiblemente emocionado. "Ya no tengo quien se meta conmigo", comentó, refiriéndose a la duquesa con gran cariño.

Sus hermanos Begoña, Pedro y Daniel también acudieron, así como innumerables amigos.

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