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La angustiosa situación económica de Julián Contreras

El restaurante en el que invirtieron no funcionó. Acaban de frenar el desahucio, pero deben más de 27.000 euros.

El restaurante en el que invirtieron no funcionó. Acaban de frenar el desahucio, pero deben más de 27.000 euros.
Julián Contreras, padre e hijo, en una imagen de archivo | Cordon Press

Los dos Julián Contreras desvelan en Semana la angustiosa situación que atraviesan. Ambos, padre e hijo, viven en dos apartamentos distintos en un barrio del norte de Madrid, pero tras el cierre de su restaurante Pura Gula el pasado mes de diciembre viven sin ingresos económicos. La situación es límite y el pasado lunes 16 de febrero consiguieron parar el desahucio de su casa pagando los 27.474 euros que debían. Sólo el alquiler de sus respectivas casas se lleva 1.500 euros mensuales en cada uno de los casos.

La razón es el negocio en el que tanto tiempo y dinero invirtieron. "200.000 euros en un negocio de gran envergadura en el peor momento de la crisis económica. Las condiciones eran muy exigentes, costaba mucho montarlo y lo hicimos con medios propios", dice Contreras padre, de 53 años. "Nos lanzamos y la cosa salió mal". Además, Julián padre confiesa haber dejado dinero a gente que ni conocía.

Pero la situación es aún peor cuando uno se adentra en aspectos personales. Julián hijo asume que mintió a su padre para no disgustarle: "Los gastos eran inasumibles, y aquello ocurría a espaldas de él, porque yo llevaba la gestión y le maquillé la situación, pensando que remontaría". "Mi padre no era consciente de la realidad ni entonces, ni en el desahucio que conoció hace dos días".

No se avengüenzan de confesar sus problemas, ya que "no hemos llevado una vida de despilfarro", insiste el padre. Julián hijo, tampoco. Dicen que seguirán viviendo en dos casas separadas porque "Julián ya es un hombre, tiene sus amigas, y confiamos en que esto lo superaremos".

No obstante, tienen que sufrir los problemas típicos de estos casos: "No hay ni una sola lista de morosos en la que yo no esté, no puedo contratar ni una línea de teléfono", dice quien fuera pareja de Carmina Ordóñez. Ambos están en tratamiento psicológico por ansiedad, y en el caso de Jr., por depresión y brotes de pánico.

La desmejora de su situación económica y personal ha repercutido en las relaciones familiares, en especial con los hermanos de Julián, Fran y Cayetano. Se lleva bien con ellos, pero no han comprendido particularmente bien su enfermedad y los problemas psicológicos. "No comprendieron que cuando una persona está deprimida solo quiere morirse". No obstante, aclara que no están peleados, dice el padre. En lo que respecta al joven Julián, dice que felicitó a Fran por la hija que espera vía SMS, pero no recibió contestación alguna, cosa que "comprende".

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