Según publica LOC, el duque de Huéscar ha pedido a su hermana Eugenia que abandone el apartamento que tiene en la residencia madrileña del Palacio de Liria y que ocupa desde hace quince años.
Se trataría de un episodio más en los cambios y la crisis familiar abierta tras la desaparición de Cayetana de Alba y los ajustes y disputas familiares por la herencia y sus propiedades. Un tema que, además de la discreta reivindicación de su viudo Alfonso Díez y una carta de la propia Cayetana que garantizaría ciertos beneficios adicionales a los inicialmente previstos, también afecta a los propios hijos de la duquesa.
Al parecer, Carlos Fitz-James desea disponer no sólo de la vivienda de su hermana, sino de toda la manzana, para reducir los gastos que genera el mantenimiento de esos costosos edificios. Liria tiene 12 viviendas y la de Eugenia sería una de ellas, ubicada en el último de los pisos de uno de los dos edificios contiguos a Liria. La mayoría de ellas están alquiladas como oficinas en estos momentos.
El actual duque de Huéscar no es solamente el propietario de Liria, sino también de esas viviendas adyacentes, tras la donación de su madre en julio de 2011, antes de su boda con Alfonso Díez.
La decisión de Carlos Fitz-James, que él niega categóricamente en el portal Vanitatis, no sólo afectaría a su hermana, sino también a otros inquilinos, según la versión de LOC. Lo que es seguro, explica el suplemento de El Mundo, es que ha pillado de sorpresa en el entorno más cercano. Eugenia hizo una reforma completa de la vivienda que sufragó ella de su propio bolsillo, por lo que se deduce que efectivamente se trata de un imprevisto en los planes.