A medida que pasa el tiempo, el aspecto de José Ortega Cano va siendo más favorable. Ese halo de tristeza, que en él era permanente, poco a poco va desapareciendo. Se le ve feliz, siempre rodeado de los suyos que no le han dejado sólo ni en los momentos más trágicos y difíciles, que por fortuna ya van quedando atrás.
En la actualidad, al maestro se le ve con fuerzas renovadas para retomar cada día su vida con una inmensa alegría. Ana María, su futura esposa y madre de su hijo José María, siempre está a su lado manteniendo una gran discreción (¡cuántas podrían aprender!). A Gloria Camila y a José Fernando se les puede ver al lado de su padre con asiduidad, lo que ha dado la vida a Ortega que ha podido recuperar a su hijo. Todo apunta a que el chico está respondiendo de manera positiva al tratamiento que continúa recibiendo en la Clínica López Ibor.
El torero también mantiene una excelente relación con su abogado Enrique Trebolle. Se les puede ver a mundo almorzando y pasando largas jornadas. Una amistad que ha crecido con el paso del tiempo ya que el letrado le ha defendido en los tribunales por diferentes causas.
El verano se presenta repleto de planes para Ortega. Por el momento, José, siempre vinculado al mundo del toro, ya se ha convertido en empresario taurino de la plaza del Puerto de Santa María. Allí comentó que le haría una gran ilusión -tanto a él como a sus hijos- la tan ansiada inauguración del museo dedicado a Rocía Jurado. En cualquier caso prefiere mantenerse al margen de cualquier polémica, por lo que no ha querido manifestarse sobre su cuñado, Amador Mohedano, y sus memorias. ¡Cómo se nota que el hermano de la gran artista no tiene otra cosa que hacer y no sabe de dónde sacar dinero ahora que no está en la tele!.
Por su parte, Rocío Carrasco continúa por libre sin querer saber nada de su familia. Se mantiene discreta, sin participar en nada que no tenga que ver con su círculo más cercano y siempre al lado de Fidel Albiac.