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Antonio Resines, último fichaje de 'Cuéntame'

El cántabro, que se confiesa tímido y vergonzoso, cumple 61 años.

El cántabro, que se confiesa tímido y vergonzoso, cumple 61 años.
Antonio Resines | Cordon Press

Quien se confiesa tímido y vergonzoso, goza de una indiscutible popularidad por sus trabajos cinematográficos y televisivos y es actor que inspira cercanía, familiaridad y "buen rollo", cumple estos días sesenta y una "castañas", mientras no cesa de trabajar en tiempos tan complicados. Lo estamos viendo este verano en unos "spots", con dobles imágenes, como los dos hermanos que interpretó en su última serie, propugnando el ahorro energético, en tanto prepara su próxima incorporación en Cuéntame, cuya grabación está prevista para septiembre en la que será la décimo séptima temporada. Un buen fichaje de la productora que dirige el marido de la protagonista femenina, Ana Duato, y en la que parece ser también tiene su participación económica el cabeza de la familia Alcántara, un admirable Imanol Arias.

El alto "caché" de Antonio Resines estará bien empleado porque es actor seguro, eficaz, de contrastada vis cómica, y reforzará el ya de por sí ajustado reparto. Su papel será el de un empleado bancario, amigo de Miguel, el personaje que interpreta el estupendo Juan Echanove, ahora tan feliz con su matrimonio; el de su vida real, que el de la ficción televisiva se fue al garete. Claro que la reanudación de Cuéntame en la parrilla de programación de Televisión Española no está cerrada de momento. Puede que antes de Navidades, aunque lo más probable es que sea emitida ya a comienzos de 2016.

Antonio Fernández Resines nació el 7 de agosto de 1954 en Torrelavega (Santander). Allí veraneaba siempre su familia, lo que determinó el lugar de su llegada al mundo. Pero vivían en Madrid, donde su padre era abogado de una constructora. Su juventud está marcada por esos vaivenes de la vida que nos llevan a lo mejor a sitios donde nunca pensábamos ir. Por un lado le atraía el rock y soñó con ser batería de un grupo; por otro quiso ser jugador profesional de rugby, pero un accidente –de los varios sufridos a lo largo del tiempo- se lo impidió. Sólo practicó ese deporte en su época universitaria. De ahí saltó a la Facultad de Derecho, donde sólo permaneció un año, matriculándose luego en la de Ciencias de la Información, cursando la rama de Imagen, con la ilusión de dedicarse a la producción cinematográfica. En realidad, el cine en sí, le atraía poco, y jamás pensó en ser actor. "Eso es cosa de zombies", llegó a decir.

Siendo un tipo que no pierde fácilmente la compostura, en esos años estudiantiles se vio envuelto en algún episodio poco o nada publicitado en sus biografías. Como el día que con tres compañeros quiso secuestrar un autobús en pleno centro de Madrid, para protestar por la subida de los billetes. Le impusieron una multa de cien mil pesetas, que le perdonaron gracias a las amistades paternas. Contaba divertido que sus "compinches" de aquella aventura se convirtieron en magistrados con la llegada del nuevo siglo. Y en la "mili" las pasó moradas el día que lo acusaron de una sospechosa pintada, que le supuso estar unas semanas en el calabozo.

La abundante filmografía de Antonio Resines se inició ocasionalmente en 1980, tras intervenir en ocho cortometrajes en años anteriores, con Ópera prima, cinta que marcó el inicio de la denominada comedia madrileña. Aceptó ser uno de los protagonistas de aquel moderno sainete, de gran éxito taquillero, por su amistad y compañerismo con el director, Fernando Trueba, junto a su colega Óscar Ladoire y la también debutante Paula Molina (luego retirada prematuramente del cine y la canción). Y desde entonces, su carrera de actor fue imparable. Bien es cierto que le costó trabajo convencer a más de un crítico que lo consideraba inexpresivo y carente de aptitudes interpretativas. Decíase que repetía casi siempre el mismo personaje, con tics dubitativos, algunos movimientos constantes de manos, incapaz de conseguir registros diferentes. Se lo echaban en cara cuando protagonizó Sé infiel y no mires con quién y La vida alegre. Pero esas reticencias cambiaron al rodar Todo por la pasta, Orquesta Club Virginia, Acción mutante y sobre todo La buena estrella, que era una dramática historia que le permitió ganar el Goya al mejor actor en 1997. Porque allí ya abandonó el encasillamiento de siempre, el de ser prototipo del español medio, que actuaba como si fuera siempre el mismo.

La verdad es que, conversando con él (yo lo he entrevistado en un par de ocasiones) suele ser serio y nadie puede endosarle la leyenda de que siempre esté haciéndose el gracioso. Desde luego es el perfecto antihéroe. Luego vendrían otros éxitos: La caja 507, La niña de tus ojos… Y sus popularísimas series televisivas Los ladrones van a la oficina y fundamentalmente Los Serrano. Lo que no ha olvidado, lo que le hace sentirse siempre "con los pies en el suelo", son aquellas feroces críticas que hubo de soportar: "Dijeron sobre mí que era el peor actor desde la guerra civil. ¡La de palos que he soportado…!". Habitual en el género de la comedia, comenta: "Es el más difícil de interpretar por eso yo me siento bien pagado si la gente se lo pasa bien en mis películas". Una de las cosas que pregunta cuando le ofrecen un papel es si debe llevar bigote, barba o no. Y, siendo prematuramente calvo, si ha de lucir peluquín. Supuestamente considerado alguna vez galán de la pantalla, reconoce: "Sé que no despierto pasiones…". No sabe conducir automóviles, pero es un avezado motero, aunque haya sufrido algún percance, con fractura en sus piernas. No oculta ser un apasionado "forofo" del Real Madrid.

De trato sencillo, afable, lo único que no soporta de los periodistas es que le pregunten por su vida privada. Estuvo casado con una profesora de EGB, Marisol de Mateo y tras diez años de matrimonio se separaron en 1991. El hijo de la pareja, Ricardo, se fue a vivir con el padre y han estado siempre muy unidos. Cuenta actualmente treinta y un años y se dedica a la industria audiovisual. Antonio Resines siempre ha defendido su intimidad siendo un personaje tan popular, lo que por supuesto respetamos. Únicamente se le conoce una posterior relación con la ayudante de dirección Estefanía Rueda, a la que conoció rodando Carreteras secundarias en 1997. Presidente de la Academia de Cine desde hace medio año rodará la segunda parte de La niña de tus ojos el año próximo, titulada La Reina de España, con el mismo reparto, es decir junto a Penélope Cruz y Jorge Sanz.

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