Querido Juan Vidal:
Diseñador, creador, artista. Creía que también humano -o "más humano" al menos-. Hace poco más de una semana Ud. realizaba unas declaraciones a El País -artículo desaparecido, por cierto, ¿sabe Ud. algo de ello?- afirmando literalmente que le gusta la mujer delgada porque "la curva desvirtúa la prenda".
Quiero pensar que el/la periodista que le entrevistó ha descontextualizado sus declaraciones. Quiero creer en que no se ha explicado bien -todos tenemos algún que otro lapsus linguae, dando a entender algo que no queremos expresar-; quiero creer en que Ud., aunque se dedique a la moda y aun sabiendo qué canon impera en esta industria, es consciente de que la belleza no depende de una talla.
Nada más salir su polémica entrevista en el diario, la modelo Eva María Pérez Llano -la primera modelo curvy en progatonizar una portada de Interviú- me ha contactado para contar lo ocurrido. Es más, si quiere conocerla puede leer la columna que le dediqué: no es modelo XL; es modelo. Eva María ha creado una plataforma de recogida de firmas para que Ud. no desfile en la Fashion Week de Madrid el próximo lunes 21. Quiero creer en que se disculpará Ud. en algún momento.
¿Sabe cuál es el problema de todo esto? No es que nos moleste que Ud. se haya metido con las rubias, con los ojos azules o con un estilo u otro, por ejemplo, dando una opinión, expresando un gusto. El problema real de todo es que miles de niñas padecen anorexia y otro tipo de trastornos alimenticios en Occidente, peligrando sus vidas. Estamos intentando concienciar a la sociedad de que la hiperdelgadez ni es bonita ni tampoco sana. Y a veces me da la sensación de que la sociedad empieza a concienciarse de la relevancia del asunto. Pero después aparecen individuos como Ud., con su relativo "poder" en su industria -aunque a duras penas venda nada-, y me recuerdan que seguimos equivocándonos, que algo estamos haciendo mal, y que de nosotros, solo nosotros, depende.
Nadie pide que haga apología de la obesidad o de la mujer que no se cuida. Pero decir que una curva desvirtúa la prenda cuando la curva es bella, amigo, es sensual, es síntoma de fertilidad, de femineidad, es un insulto a la inteligencia y a la dignidad de la mujer, delgada o gorda. ¿Qué es bello sino, para Ud., amigo creativo? ¿El hueso?
Me cuesta creer que a estas alturas Ud. dé semejantes declaraciones. Una cosa es que su mercado sea uno en concreto, y no tenga por qué entrar en el de las curvys, pero otra muy distinta es ofender a esas mujeres cuya belleza va más allá del 90-60-90 y de la talla 36.