Lina Morgan falleció el pasado 20 de agosto. O eso se creía hasta ahora. Según publica El Español, la legendaria actriz española en realidad murió el día anterior por la mañana. Según el diario, el fallecimiento se produjo en su domicilio madrileño de la calle Samaria.
Una información que no hace sino reforzar el oscurantismo que rodeó los últimos años de Lina Morgan, cuya cuantiosa herencia pasará no a sus familiares sino a su chófer, Daniel Pontes.
Una vez se produjo la muerte de la artista, Pontes y la auxiliar de Lina avisaron a un médico de confianza para que lo certificara, evitando que el cadáver fuera trasladado al Anatómico Forense, y que se la tuviera que practicar la autopsia en medio de un revuelo mediático. De ese modo se pudo controlar la noticia del fallecimiento, manteniendo el secreto durante todo el miércoles hasta que al día siguiente, 20 de agosto, se decidió hacerla pública.
Todo ello envuelto en el mayor de los misterios. En ese momento, el cuerpo fue trasladado hasta el crematorio de Alcobendas para ser incinerado, sin que se constaten más datos al respecto, lo que genera nuevas dudas. Tanto es así que el féretro expuesto en la capilla ardiente ubicada en el Teatro de La Latina, a la que acudieron numerosísimas personalidades del mundo de la política y el espectáculo, podría haber estado vacío.
El Español se pregunta si las cenizas de la actriz estaban en el ataúd, dado que no existen pruebas de que Morgan fuera incinerada. O quizá el cuerpo, en el caso de no haber sido incinerada. También cabe la posibilidad de que estuviera vacío.
La capilla ardiente finalizó a la una de la madrugada, y el féretro salió de nuevo hacia el Crematorio de la Paz en Alcobendas. Allí, una hora después, consta en el registro una segunda incineración.
Según el diario, es delito reutilizar ataúdes en nuestro país. Lo único constatable es que el cadáver de Lina Morgan hizo dos viajes a la funeraria, no uno, y que en todo momento sus cenizas fueron custodiadas por Daniel Pontes. El entierro de las cenizas tuvo lugar muchos días después, 29 de agosto, en el cementerio de La Almudena.