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Oriol Lomas, el gran malo de 'Top Chef' 2015

Es el que más conflictos ha generado entre sus compañeros y el que antes pierde los papeles.

Es el que más conflictos ha generado entre sus compañeros y el que antes pierde los papeles.
Oriol Lomas | Imagen de televisión

Oriol Lomas,de 26 años, es jefe de cocina en su propio restaurante Bocca Regencós y concursante de Top Chef. Y pese a sus dotes culinarias -o al menos por encima de ellas- ha acabado siendo conocido por sus comentarios, sus malas formas y, en general, su forma de perder los papeles con el resto de compañeros.

Tanto es así que Lomas podría ser considerado uno de los "malos" de la presente edición, una de las más emocionantes en la historia del concurso. Su estilo podría ser definido como "real freestyle cooking", una manera de proceder que busca la originalidad por encima de otros factores, dando como resultado una cocina "sincera", realizada con "pureza".

Pero Oriol también se presenta como una persona hiperactiva. Su principal problema es que no sabe trabajar en equipo y que se deja llevar muy a menudo "por su mala leche". Ha protagonizado varias discusiones con sus compañeros, que critican su incapacidad de trabajar con ellos y su falta de paciencia en la cocina. De hecho, ya le han reprochado su conducta en varias ocasiones, sin demasiado éxito, a tenor de los resultados.

Al empezar el reality gastronómico Oriol dijo que "siempre le había interesado la cocina" y que desde pequeño le ha gustado mucho ver a su abuela cocinar. Con 16 años lo tuvo claro: dejó los estudios y se centró en la cocina, entrando en la Escuela Hoffman. Cuando terminó trabajó en varios restaurantes con renombre, como Mugaritz, DOM, Pujol, Malabar, El Celler de Can Roca y hace cinco años se atrevió a abrir su propio restaurante, Bocca Regencós, para dedicarse a su pasión.

Él mismo ha manifestado en alguna ocasión que "es un grandísimo tocapelotas", bastante conflictivo y con mucho genio. Su carácter excéntrico también es visible en su cocina. En ocasiones, cuando las cosas no han salido como esperaba, su actitud ha acabado disgustando más que su comida. Incluso pidiendo disculpas, su actitud ha generado momentos tensos. Él mismo reconoce que no trabaja bien bajo presión, y tiende a pasarse en el trato con sus compañeros una vez se pone nervioso. "Va a su bola", es la opinión generalizada de los demás participantes.

Sea como fuere, por todas las discusiones que ha tenido en el concurso se ha ganado a pulso el calificativo de el malo de Top Chef.

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