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¿Qué fue de Maribel Martín?

La actriz se retiró del cine hace 25 años. Cumple 61 años este 1 de noviembre.

La actriz se retiró del cine hace 25 años. Cumple 61 años este 1 de noviembre.
Maribel Martín en 'La Residencia' | Imagen de televisión

Si empiezo diciéndoles que Maribel Martín cumple 61 años este 1 de noviembre es muy probable que muchos se pregunten quién era. Los que, caso contrario, conserven memoria de los programas dramáticos que Televisión Española tenía muy acreditados a finales de la década de los 70, seguro que la recuerdan con admiración. Por ejemplo, cuando interpretó una candorosa Ofelia en Hamlet. La jovencita ya estaba por entonces curtida en la pequeña pantalla, donde se había estrenado años atrás en Escala en Hi-fi, doblando las canciones de Marisol. María Isabel Martín Martínez había nacido en Madrid el 1 de noviembre de 1954 y llevada de su incipiente vocación artística debutó con sólo seis años en un papelito en la película Tres de la Cruz Roja. Más tarde apareció en La gran familia y La familia y uno más. Sus padres eran de modesta condición, como comprobé personalmente al visitarlos en la portería que regentaban en un edificio situado en los alrededores del Palacio de los Deportes. Ellos avalaron con su firma el contrato que unía laboralmente a Maribel con la productora cinematográfica de Pedro Masó, a razón de treinta y cinco mil pesetas mensuales y doscientas mil por cada filme en el que interviniera. No era mal negocio.

"Nosotros somos pobres y queremos comprarnos un piso propio y dejar la portería", me confió la mamá. No les defraudó su hija, quien se impuso en la década de los 70 como una de nuestras más prometedoras actrices, en títulos como La residencia, inquietante historia llevada a la pantalla por un primerizo Chicho Ibáñez Serrador. Al contrario de tantas falsas estrellas que no se atreven a pisar un escenario Maribel Martín causó buena impresión en los repartos de El sol en el hormiguero y Sola en la oscuridad, aunque fue de nuevo en Televisión Española donde dejó la impronta de su talento dramático en las series La saga de los Rius, El juglar de la reina y sobre todo en la adaptación de una de las más conocidas novelas de don Benito Pérez Galdós, donde rivalizó brillantemente con una extraordinaria Ana Belén: Fortunata y Jacinta. A partir de entonces la popularidad de Maribel Martín creció como la espuma. Haciendo balance de su pasado, me diría: "Nunca me consideré una niña prodigio".

Lo que tenía, aparte de incuestionables rasgos de belleza y fotogenia, es un carácter responsable, mucha vocación, estudiaba a fondo sus papeles y salía airosa de todos sus compromisos profesionales. Se comportaba con los periodistas amable y educada, sonriente, pero sin mostrar tampoco una simpatía desbordante. Nunca dio signos de frivolidad. De su filmografía en los años 80 destaquemos Últimas tardes con Teresa, título basado en la novela homónima de Juan Marsé, en el personaje de una damita de la burguesía barcelonesa de la postguerra seducida por un caradura del lumpen. Otros dos títulos contribuyeron al colofón de su biografía cinematográfica: Los santos inocentes, según otra novela extraordinaria firmada por Miguel Delibes, triunfadora en Cannes, y El niño de la luna, que significó su retirada. Estas dos últimas cintas fueron producidas por la empresa que Maribel Martín compartía con Julián Mateos. Una pareja muy unida que llevó sus relaciones a espaldas de la prensa rosa. Él estaba considerado un actor de incontestable personalidad, algo afectado, que huía si lo acosaban los reporteros y apenas concedía entrevistas, salvo que previamente conociera al periodista de turno y pactara con él la naturaleza del cuestionario. Conmigo tuvo la deferencia de conversar más de una vez y compartir algunos almuerzos, pero insistimos sabiendo de antemano que nada nos contaría sobre su convivencia con Maribel, a la que sí pude extraer no sin dificultades una declaración como ésta: "Julián influye mucho en mí. Es un hombre muy bien formado cultural, intelectualmente. Gracias a él superé mi inseguridad después de un periodo depresivo que padecí".

Maribel Martín en 'La Espada Negra' | Imagen de televisión

Nunca pudimos enterarnos cuándo realmente se casaron y si en verdad lo hicieron, quizás civilmente. Por la sencilla razón de que no lo confesaron públicamente. Tuvieron un hijo, nacido en 1985. El hermetismo les unió siempre de cara a la galería. Julián Mateos abandonó su faceta interpretativa para dedicarse por entero a sus muy elaboradas producciones cinematográficas, como El viaje a ninguna parte. Y Maribel Martín hizo otro tanto al retirarse en 1988, una vez que protagonizó el ya mencionado filme de Agustín Villaronga El niño de la luna. No se les veía en ningún acontecimiento público, huían de todo lo que se conoce como vida social. Y, naturalmente, los medios de comunicación dejaron de ocuparse de ambos, salvo cuando cada tres o cuatro años estrenaban alguna película de su productora, y aún así, ese día procuraban zafarse de los informadores. Julián cayó gravemente enfermo y víctima de un cáncer de pulmón fallecería a los cincuenta y siete años el 27 de diciembre de 1996. Fue incinerado en la intimidad. A partir de ese día se acentuó aún más el carácter huidizo de Maribel Martín, sobre quien se fue cerniendo el inevitable olvido, tan propiciado por ella misma. Seguramente por pura amistad, accedió a una episódica colaboración en 2009 en Noche transfigurada, comedia dirigida por Alexia Muiños, de la que no tenemos la más mínima referencia, ni sabemos si llegó a estrenarse en algún circuito comercial. Fue entonces, sí, el verdadero adiós a la pantalla de una adorable actriz que prefirió en el último tramo de su vida profesional apartarse de todo cuanto suele rodear a las gentes de su gremio: el glamour, la popularidad, los aplausos…

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