Todas las revistas del miércoles se lanzan a desentrañar los secretos de Toño Sanchís después de haberse descubierto el supuesto fraude a su representada -y ya examiga- Belén Esteban. Pero de todas, es probablemente Diez Minutos la que ofrece una información más detallada de sus cuentas y negocios.
La publicación asegura que la principal empresa de Sanchís (Lorant S.L.) en realidad no está a su nombre, y tiene como administradora única a la hermana de su esposa, es decir, su cuñada Carmen Romero Rubio. Posee un total activo de un millón de euros y cuenta con un resultado de 17.281 euros en el 2014.
La oficina, situada en la calle Fernando VI, no es propiedad de Sanchís sino de Testerales S.L., empresa dedicada al alquiler de locales comerciales.
Pero los principales ingresos del mánager proceden de otra empresa, Representaciones Artísticas Toño Sanchís S.L. que sí consta a su nombre, de la que sus dos empleados se reparten los "cuantiosos" ingresos.
A finales de 2013 esta empresa arrojó un resultado positivo de 251.000 euros. La empresa está inscrita en la misma dirección que Lorant y se creó hace cuatro años como sociedad limitada de servicios publicitarios.
Hay otro negocio que tiene a Sanchís como administrador: Olé Audiovisual S.L. con el mismo domicilio que las otras. Esta empresa incurrió este año en un incumplimiento de la obligación de depósito de sus cuentas y podría dar lugar al cierre de la hoja registral de la misma, dice Diez Minutos.
La revista también habla de lo confusas que son sus propiedades: pasó de un piso de protección oficial en Majadahonda a un chalé de lujo en la urbanización Natura en Villanueva del Pardillo (y un coche de alta gama) sin transición alguna.
El anterior piso, de todas formas, figura a nombre de una persona con los mismos apellidos de la administradora de Lorant, Tomás Manuel Romero Rubio. La casa actual de Villanueva está en garantía de pago aplazado de una deuda con Hacienda por un total de 201.540 euros, pago que debería terminar de completar allá por 2017.
El coche Volkswagen, por su parte, figura como bien inmueble de una empresa inexistente desde 2007. Un gran patrimonio que arroja numerosas dudas.